miércoles, 30 de septiembre de 2015

TU ESPALDA


Era tu espalda.
Como si te subiera un mar por la cintura
hasta la luna llena de tu cráneo.
Tu espalda,
frontera limpia de tu mirada azul
que hunde las raíces en tus ojos.
Tu espalda,
sonrisa panorámica
que engendra los besos
y los encuadra en mis labios
para hacer de mi alma un museo de tu luz.
Tu espalda,
para descansar mi hastío
y beberme el chorro de tu boca.
Tu espalda ahí.
afirmando que huele a besos tu piel.
Tu espalda,
primavera que  cuelga de tus pechos
y me indica el sendero
de tu noche central.
Tu espalda de par en par
como el escote de un monte.

Tu espalda, tu espalda.

martes, 29 de septiembre de 2015

LA PEDRADA


Una pedrada en la frente de la palabra.
Una pedrada exacta.
Demasiada sangre
para taponar un invierno.
La fuerza de un río,
el músculo del mar.
todos los grises reunidos
en un manojo de plomo.
Demasiado dolor
para no aplastar las yemas
de un ayer de primaveras.
Escuecen los ojos de la palabra
como la lava de un monte
la que no pronunciaste,
la que nunca dijiste
porque se atravesaba el mar en tu garganta.
Toda la tristeza ácida
de la muerte incubada
en la frontera derecha de la vida.
Todas las amargas despedidas,
los agrios pañuelos en el aire
porque muerde la muerte el aire,  lo tritura
y digiere la carne de los besos,
los genitales orgullosos
exigiendo los deltas de tus ingles.
Inexplicable todo,
resultado inesperado
de logaritmos absurdos.
La vida rota contra el suelo,
virutas craneoencefálicas irreversibles,
coágulos como rocas en las venas,
la piel incunable que prohibe el poema
escrito en su altiplano,
sobre la piel de tu espalda
sobre la piel de tu vientre,
de tus muslos de delfín educado entre algodones.
Una pedrada exacta.
Sólo una.
Un toro que embiste
y el mundo se queda sin almendros.


lunes, 28 de septiembre de 2015

QUISE BESARTE




No supe besarte aquella tarde.
Dios andaba suelto,
escapando del nudo de todos los relojes
con una eternidad en la cintura
Y no supe besarte.
Me dolía el omóplato derecho
-tú sabías por qué-
y mi brazo no conseguía
apretarte el alma.
Anudamos los ojos,
hicimos el amor con la mirada
hasta la plenitud de tus valles y tus cumbres.
Me olvidé de mí mismo,
del dolor del omóplato derecho,
pero no supe besarte
porque tenías una primavera entre los labios
y se llenó mi boca de margaritas azules.
Pero quise besarte.
Quiero besarte.

Te beso

domingo, 27 de septiembre de 2015

TESTAMENTO



Quiero poner orden en los ríos.
Asignarle un nombre a cada beso.
Certificar la ruta de mi sangre.
Congregar toda tu piel en el centro de mis manos.
Sospecho que el tiempo es sólo tiempo
que decide marcharse
y abandonarme incompleto
a las puertas de nadie.
Y quiero poner orden
para evitar reclamaciones sobre la propiedad del mar,
sobre las túnicas verdes de las olas,
sobre los tacones de la brisa
cuando baila en los muslos de la luna.
Reunir  las caricias en tus pechos
en tus labios,
en tu vientre,
en tu espalda, donde escribí poemas,
donde firmo el testamento
de la pena y la alegría de existir.
Nadie nos enseña a despedirnos,
a separar dos bocas que se aman,
a desgarrar dos sexos que se unen
y fundan el amor en los montes hermosos de tu pubis.
Sello esta nada y la exploto en el aire
para que cada uno se apropie lo que pueda.
Si nadie la guarda entre sus dedos,
seré  nada  en el viento,
una fruta de barro estremecido
para siempre colgada

en el árbol perdido de un paraíso imposible.

sábado, 26 de septiembre de 2015

DIOS NO ES CATALAN



Dios no es catalán. Es más bien Pelayo de Asturias o Fernando el del espíritu que impera y moriremos besando la sagrada bandera.

Pelayo es rocoso. Es piedra preciosa, monumento altivo, con una virgen al fondo porque los guerreros españoles siempre llevan una virgen en la grupa de sus corceles blancos. Pelayo, el alfa de la uniformidad española, tiene su santina asomada sobre unos lagos que aparecen y se ocultan con la velocidad de una niebla repentina. Y es que Pelayo es el brazo armado de dios como todos los luchadores por la patria que hemos tenido en la historia. El batallador es la parte visible de un dios empeñado en construir un todo anexionando, pueblos con pueblos, lenguas con lenguas, almas con almas. Y así hasta vencer al comunismo e implantar al soldado que nos llegó de Africa, que culminó la santa cruzada y fue generalísimo de todo por la gracia de Dios.

Fernando es el de nuestra España gloriosa que nuevamente ha de ser la nación poderosa que jamás dejó de vencer. Es el elegido de dios para expulsar al moro sin ni siquiera agradecer sus aportaciones a la medicina, a la filosofía, a la cocina y a esa arquitectura que hace de la filigrana del aire la hermosura de la piedra tallada como si de esculpir un amanecer se tratara. Y Bobadil lloró, aunque un hombre macho no debe llorar, que dice el tango. Lloró, porque decir adiós a Granada era como arrancarse la hermosura de cuajo.

Fernando e Isabel  tanto monta, monta tanto. Era una lista cremallera que inauguraba la modernidad. Expulsaron al moro, al judío porque no podíamos aguantar que la virgen de Pelayo y el dios en cuyo nombre reinaban los jerarcas católicos fueran desbancados por un dios con turbante. La islamización que hoy tanto temen algunos estaba prevista en aquella expulsión y fueron después nuestros ministros del interior los que modernizaron las defensas y sembraron de muros con cuchillas las fronteras. Ya no había que ir a luchar. Mientras Fernández Díaz comulgaba o rezaba el santo rosario, los africanos se desgarraban solitos la piel y manchaban de sangre enemiga el imperio de Cristo Rey. Condecoraron a cientos de vírgenes, les asignaron altas graduaciones militares y Morenés impuso el fajín de capitana general a las guerreras que daban su protección a las milicias que luchaban por la patria sacrosanta en contra de los herejes. Porque por encima del amor evangélico están los intereses de un occidente cristiano como el que defiende el primer ministro húngaro. “Cristo nos defenderá de esos que huyen de la muerte en Siria porque no son cristianos”, porque no traen a una virgen a la grupa de su espanto. Traen sólo miedo, angustia, amor a la vida y esperanza limpia.

Pero ahora lo importante es dejar claro que Dios no es catalán. La unidad de España –ha dicho el cardenal Cañizares- es obra del Espíritu Santo. No es producto de la Constitución, como se empeña en decir Rajoy, ni debe preocuparnos el infierno hacia el que caminan. Los catalanes, si se separan, se van a un infierno no porque los ignore Europa o dejen las nacionalidades (el concepto de nacionalidad no lo tiene claro Rajoy, ni falta que le hace) ni por los corralitos ni por cosas por el estilo. Se van al infierno porque disparan directamente contra el espíritu santo y esto es imperdonable. Y además –aunque esto no lo argumenta nadie- tendrán que devolvernos a la Moreneta porque sólo los vencedores como Pelayo, Fernando y Rajoy primero de Europa tienen derecho a llevar una virgen en su séquito.

Dios es de derechas y más concretamente del Partido Popular. Por eso puede actuar a través del cardenal Cañizares. Y por eso el príncipe de la iglesia organizó una vigilia, para pedirle a ese dios de derechas de toda la vida que no se rompa la uniformidad (algunos llaman unidad) de España. Cuando él la reunió en torno a Fernando (católico por supuesto) tuvo que llevar a cabo una gran expulsión. Ahora las expulsiones tienen menos sentido porque las cuchillas se encargan de evitar las entradas. Somos un bar inmenso con reserva de derecho de admisión. Y Antonio Cañizares entiende y bendice esas cuchillas asesinas porque nos libran de una islamización que pervertiría nuestras costumbres cristianas. Pero tampoco quiere la marcha de los catalanes porque a las afueras de nuestras fronteras todo es perversión, permisividad, familias rotas, minifaldas, tangas y según lo que ha detectado el obispo de Alcalá de Henares no se obliga a los homosexuales a mejorar su enfermedad de entrepierna. “No hay razón moral para esa separación” dijo Cañizares.

Dios no es catalán. A Dios se lo han apropiado y es parte del patrimonio artístico de una jerarquía que lo destina a donde quiere sin que permita la coincidencia con los que rompen fronteras con su carne, con los que hacen las divisiones de los países con gotas de sangre. Dios es propiedad de Pelayo y de Fernando




viernes, 25 de septiembre de 2015

AQUELLA CARTA



Te escribí aquella tarde.
Estaba triste.
Me pesaban los besos y la sangre.
Te hablaba de los árboles
crecidos en los ojos,
de otoños en las ramas,
desnudos como muchachas limpias
sin ayer, sin nunca,
a punto de troncharse.
Te decía que abrazaba la nostalgia,
hueca, líquida, sin cuerpo
como una luna herida
que encara su muerte en un espejo.
No sé si te llegó mi lejanía,
el gemido de un sexo naufragado,
sin tu cuerpo entreabierto a los envites
cuando las noches eran zumo de cerezas.
Te mandé los recuerdos en un sobre cerrado,
para siempre cerrado
como un río doblado en cuatro partes,
papiroflexia acuática que encierra los secretos.
Para ti los jardines, las palmeras,
la yedra de tu pubis y la espuma
de mi sexo regando tu ternura.
Te escribí aquella tarde
para decirte lo que no supe decirte
cuando bailaban las piernas en tu vientre,
en mi vientre,
el vals más hermoso
de amaneceres y arena.
Te firmo con la huella de mis manos
como cuando tu piel certificaba
que éramos dos soledades albergadas
en el hueco del tiempo.


Post data.

Se me enredó una luna entre las manos.
La cuelgo en tu sonrisa

y me marcho al vacío absoluto de mí mismo.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

¿USTED ES TONTO?


No se ofenda por la pregunta. Estoy convencido de su capacidad intelectual y de su predisposición para captar cualquier realidad que le plante la vida delante de sus ojos. Nadie conseguirá bajarme de esta apreciación sobre usted. Comprendo que el título le soliviante porque la pregunta en sí misma es una afirmación en el lenguaje de la calle. Pero no es mi intención.

Los políticos ni siquiera tienen la delicadeza de plantearse la pregunta sobre sus entendederas. Directamente parten de la base de que usted nunca entiende sus palabras, no porque ellos no las expongan con absoluta claridad, sino porque usted carece de materia gris suficiente para asimilar lo que ellos de forma tan elemental expresan. No preguntan. Directamente afirman: usted es tonto. Cuando Javier Maroto afirma que entre los refugiados que huyen de la guerra hay muchos terroristas, usted va y entiende que entre los refugiados que huyen de la guerra hay muchos terroristas. Y usted va y le atribuye a Javier Maroto algo que no ha dicho. Usted no entiende su afirmación porque usted es tonto.

Cuando el ministro del interior asegura que España no puede acoger a refugiados porque su ministerio sabe que los que degüellan a sangre fría buscan todas las oportunidades para infiltrarse y adentrarse en un país,  entonces usted va y entiende que los que degüellan a sangre fría buscan todas las oportunidades para infiltrarse y adentrarse en un país. Pero lo que realmente dice el ministro que ha dicho es que España es un país solidario y que va a acoger a todos los que huyen de la guerra y que tratará de darles asilo y todo lo que necesiten para que sientan nuevamente la alegría de vivir. Usted ha entendido otra cosa porque usted es tonto.

Cuando un partido destruye unos ordenadores, no es para impedir que los lea un juez. Es lo normal que se hace siempre para aprovechar que otro empleado pueda utilizarlo y no gastar dinero inútilmente. Pero usted cree en la mala voluntad y no comprende la verdad del ahorro porque usted es tonto.

Cuando Rajoy asegura guiñando el ojo izquierdo a través del plasma que ha pasado la crisis y que ya nadie habla del paro porque es evidente la creación de empleo, usted niega en el bar que la crisis haya pasado y que la crisis conlleva hambre, miseria, abandono, desesperación, angustia, merma de ayudas sociales y hasta suicidios. Usted no está bien. Directamente usted es tonto

Y así podíamos seguir demostrando la idiotez de cada uno  de nosotros cuando no entendemos exactamente los que evidentemente dicen nuestros políticos. No es mala voluntad por su parte. Es que los ciudadanos deformamos todo lo que aseguran cuando nos hablan. Lo deforman la ONG cuando hablan de números de españoles en el umbral de la pobreza, cuando los docentes cesados protestan por sus despidos, cuando se afirma que las urgencias se saturan por el cierre de plantas hospitalarias, cuando los dependientes se manifiestan porque no tienen quien les ayude a levantarse de la cama, cuando se dice que los abuelos tienen que darles una sopa avecrém a los nietos porque la pensión no da para más. Usted ve una realidad que sólo denuncian los extremistas radicales de izquierdas, los bolivarianos, los amigos de ETA como Manuela Carmena o Ada Colau. Y usted va y compara a Esperanza Aguirre que iba devota y sumisa junto a Ana Botella en las procesiones de semana santa con estos alcaldes y alcaldesas que se empeñan en separar la religión de la sociedad civil y no asisten descalzos y con los brazos en cruz a las estaciones de penitencia para que dios les perdone su esfuerzo por destruir el catolicismo y organizar cursos para que los homosexuales se curen de la enfermedad del amor.


Yo, lo confieso, casi siempre deformo lo que me dicen ciertos políticos. Es que yo también soy tonto

lunes, 21 de septiembre de 2015

VIRUTAS DE HIERRO


Un puñado de virutas.
Virutas de hierro desprendidas
del músculo caliente de la forja.
Fuego que mastica la entraña
como un amanecer entre los montes.
Se llena de virutas el suelo
cuando la luna enfría uno a uno los hornos
de una materia informe.
Soy un magma sólido
devenido en moléculas de asombro
ante el tiempo destruido y que destruye
lo humano como totalidad.
Reducido a fragmentos de un todo inexistente
porque la ruptura es el fruto interior de la materia,
y terminamos siendo el sobrante de nosotros mismos,
virutas que nunca serán lo que fueron.
Alguien rompe los ríos en pedazos
y exige al mismo  tiempo
reconstruir con los trozos de agua
un manojo de lunas sumergidas.
Nunca seré río,
ni estatua de hierro.
Me voy desintegrando
para ser, llegar a ser,

virutas de un recuerdo.

sábado, 19 de septiembre de 2015

RAJOY SE FUE DE BODA


Un amigo es un amigo y algunos dicen que hasta es un tesoro. Está demostrado en el terreno político.  Entonces la amistad se ejerce por encima de diferencias sustanciales de entender lo humano como valor supremo del mundo. Nuestros gobiernos, constituidos por demócratas de toda la vida, como lo fueron Fraga y su descendencia, no tienen reparo en sentarse a digerir una langosta con sus colegas chinos, comunistas de alto consumo, colegas en eso del Ibex 35 y compradores-vendedores de artículos que hinchan los presupuestos nacidos de las impor-exportaciones. Recuerdo aquel viaje de María Teresa Fernández de la Vega a China. Cuando alguien le preguntó si habían hablado del número de ejecuciones anuales, de las leyes mordazas imitadas por nuestro ministro del interior, la vicepresidenta respondió que no estaba previsto tocar esos temas porque el objeto de la reunión fraternal era comercial. Y ante una firma de compra o venta, hay que separar los cadáveres que se han colado porque los muertos ya no pintan nada en los tratados internacionales. Y así Felipe y Rajoy y sus ministros comerciales. Los intercambios se firman con estilográficas Mont Blanc fabricadas en el país oriental y no con fusiles ni cañones.

Javier Maroto es homosexual. Su ya marido es homosexual. Se casaron hace pocas fechas. Quede claro que no tengo absolutamente nada que objetar. Al contrario. Disfruté cuando Zapatero aprobó esa ley y aplaudió a aquel amigo de todos que era Pedro Zerolo. Pedro se nos fue una mañana con sonrisa de quimioterapia hacia la plenitud de una felicidad comprometida en el abrazo con la tierra. Zapatero aplaudió aquella mañana porque Pedro había luchado a brazo partido para demostrar que para el amor sobra cualquier legislación porque el amor es libertad suprema.

Pero el Partido Popular está cohesionado por testosterona. Rajoy y compañía han tenido siempre muy claro, porque así lo afirma la iglesia católica (no confundir con cristiana) que el amor de pareja y sus manifestaciones sexuales están enfocadas a la reproducción de forma absoluta excluyendo la bondad de la dempstracón amorosa, el placer de la entrega mutua, la ternura de la piel como ventana abierta a la donación del otro. Y de esa exclusión nace el problema de las peras y manzanas, las aseveraciones del juez López de que el matrimonio homosexual es una aberración equivalente a la unidad sexual de una persona con un animal (estas palabras las dijo el juez un lunes a las seis de la tarde, no un domingo a las siete de la mañana cuando conducía con un obsborne en sangre, sin casco y dibujando eses por la vía pública).

Mariano y sus compañeros eran oposición cuando Zapatero aseguró que el amor está por encima de todo. Acudieron a los tribunales alegando que la etimología del término matrimonio, que si se podía perjudicar la procreación, que si dios-Rouco-Varela son machos-machos, que si el papado o Escrivá de Balaguer, que si los obispos, que si Botella-Aznar, que si la moral…

Y ahí están los tribunales, lentos como el tribunal de cuentas, repasando las etimologías de San Isidoro, poniendo el silencio como argumento de dilación, sin saber que el cariño ni se compra ni se vende.

Se ha casado Javier Maroto, el de los inmigrantes de Vitoria, el que asegura que hay muchos asesinos yihadistas entre los refugiados de Siria, el estandarte de la renovación o refundación del PP. Maroto y su marido han comprendido, como todos deberíamos entender, que el amor salta las concertinas de las legislaciones y se instala en la patria de la libertad, aunque en su momento no fue así y el juez López dijo lo que dijo y ahí lo tienen con su toga elegante dispuesto a juzgar a la gürtel. Y en los días  anteriores a esa boda corría por los pasillos de las televisiones el acertijo de si Rajoy iría o no a acompañar a su correligionario. Nadie había caído en la cuenta de que el presidente es amigo de Javier y nunca se legisla contra los amigos sino sólo contra los enemigos.

Parece que ahora han comprendido que Javier, el de los inmigrantes excluidos de Vitoria y el visionario de armas de destrucción masiva entre los refugiados, es un hombre capaz de amar a quien sea y a quien su voluntad soberana elija. Y Mariano fue a la boda. Elegante, con su esposa del brazo, sus gafas limpias para que se le vea el guiño espontáneo de su ojo izquierdo, su traje de ocasión y su sonrisa a media asta. No fue la boda imperial de El Escorial, pero tampoco Maroto es Aznar y la gürtel no pasa por su mejor época de gloria.


Rajoy no es muy amigo de los dependientes, los enfermos, los viejos, los funcionarios, los estudiantes, las mujeres maltratadas, etc. pero es muy amigo de Maroto y bendijo el amor de estas dos personas con la misma fuerza con que en otro tiempo maldijo judicialmente la aberración que le mostró su amigo el juez López y lunes, creo que a las seis de la tarde.

viernes, 18 de septiembre de 2015

DUELE DE REPENTE


Duele de repente
como si te clavaran un monte.
Surge el grito de la carne entreabierta
y la sangre  manchando de amapolas la piel.
Alguien ha decidido fusilarnos
a base de silencios disparados,
de tiros certeros en las sienes
para que la indiferencia
nos explote en el alma.
Lograrán que no sepamos
quién somos,
si somos,
si existimos
o estamos incinerados
como un cáncer radiado
que persiste y no se rinde.
Alguien ha decidido negarnos el saludo
como se niega al plomo una caricia.
Un día, de repente,
como si te clavaran un río
tienes las manos llenas
de besos huecos,
de ternuras dejadas en un hospicio olvidado
para que alguien las adopte
sin que nunca conozcan
los labios donde nacieron.
Duele entonces
pero nadie te bajará de la cruz.
No hay descenso posible
al regazo de la luna.


jueves, 17 de septiembre de 2015

CAMINAR A TU LADO


Caminar a tu lado
hacia donde nunca estuvimos.
hasta el centro del aire, por ejemplo.
De tu mano
hacer un sendero copo a copo, nieve a nieve
hasta el corazón del frío, por ejemplo.
Ciñendo tu cintura,
mirarnos a los ojos
y penetrar el vientre de la luna, por ejemplo.
Jugar en tus ingles
a encontrar el pulso
de tu primavera, por ejemplo.
En las yemas de mis dedos
el limonar orgullo de tus pechos,
paso a paso hasta el eco de las noches, por ejemplo.
Noches de nucas sudadas de ti, de mi
hasta el centro del centro.
Con nuestras piernas enredadas
hacer un camino de huellas
para poder olvidarlas,
que no sepan los besos el regreso
y perseveren atados los labios
al poste de las  lenguas, por ejemplo.
Recitar en tu espalda
el último poema
que escribieron mis manos
en la artesanía planetaria de tus nalgas,
esferas de tierra  el mar
que hacen mundo, por ejemplo.

Caminar a tu lado.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

HACIA NINGUNA PARTE



Vienen por el mar. Son mar. Muertos que serán olas para siempre. Espuma amarga para siempre. Sal que escuece hasta el final. Huyen. Sólo huyen. Viene la muerte a zancadas largas. Hay que sacarle ventaja. Porque la muerte es astuta. Se hace concertina, cuchilla que desgarra, que se adentra buscando caminos en la sangre. Aunque Rajoy diga que no está seguro de que hagan daño. Los fabricantes llevaban tiempo estudiando el diseño. Porque son puñales de diseño. Como los de acero toledano. Diminutas guadañas que siegan espigas como Aylan, espigas tiernas. Y manos callosas, llenas de caricias destinadas a muslos de seda. Manos de ingeniero, de arquitecto, de hacedores de pan caliente para las bocas de los hijos. Manos que ahora escarban para zafarse reptando de las cuchillas que matan, aunque Rajoy ni siquiera sepa si hacen daño. Los diseñadores están de enhorabuena.  Tienen encargos que superan las previsiones. Habrá reparto de beneficios entre los miembros de la sociedad. La sangre cotiza en bolsa y las acciones están en alza.

Son miles. Como si los cañones de la guerra (otro negocio en alza) los hubiera lanzado aire arriba para que caigan lejos, muy lejos, no importa dónde. Si no huyen mueren aquí, piensan los fabricantes de armas. Ellos verán. A nosotros nos importa la cuenta corriente. La vida de ellos vale lo que un puñado de tierra que les tape los ojos para siempre. Con sus crías en brazos. Con sus viejos en sillas de ruedas. Madres todavía con la leche materna en sus pechos duros de vida. Padres con el corazón harto de muerte. La muerte les pisa los pies descalzos. Los espera al final, aunque nunca hay un final. Andar siempre, huir siempre. Hasta encontrarse con la policía húngara que aplasta las espaldas. Hasta ser zancadilleado por una periodista infame que consigue reírse cuando ruedan por el suelo un hombre como un castillo con un niño como un geranio.

Los políticos ponen voz ronca para asegurar que es un problema tremendo. Javier Maroto da el parte de guerra: cuidado, que entre tanto dolor hay (presente de indicativo-afirmativo) miles de yihadistas que vienen a poner bombas en Atocha y ahora no se podrá decir que fue ETA. Hay que distinguir, dice el sabio Margallo, entre los que huyen del hambre y los que huyen de la guerra. A unos hay que hacerles un Tomografía Axial Computerizada del estómago como si de un cáncer de digestivo se tratara. A los otros hay que punzarles el corazón para detectar el miedo. Los ministros de asuntos exteriores saben discernir. A unos les niegas el pan y terminan muriendo con los ojos cerrados como rosas negras. A otros se les hiela el corazón, como diría Miguel Hernández. Los ministros saben. Y se reúnen después de despachar con la amante con cargo al presupuesto nacional. Hay que tomar decisiones que tardan porque los políticos siempre toman decisiones a largo plazo, menos aquellas que recortan derechos ciudadanos, ayudas sociales, medidas contra el paro y algunas otras, que se toman a toda prisa, en verano y sin que nadie se entere. Estas de los refugiados pueden esperar. Han calculado que sólo morirán quinientos o mil y eso no vale una prisa porque los políticos también comen langosta y duermen en hoteles cinco estrellas porque su trabajo les exige estar en forma.

Mientras, ellos huyen. Van aprendiendo a correr, piensan con una sonrisa. Pero la inocencia los traiciona. Cuando la policía les dice que van camino de Alemania lo creen, pero resulta que los encierran en campos de concentración y les tiran el pan al aire como a los perro callejeros. Hay viejos que se rinden. Han echado las cuentas. Setenta años. No puede quedar mucho. Mejor morirse aquí y ahora para que el nieto no tenga que tirar de su cansancio infinito. Y se mueren  haciendo un acto de última generosidad. Y los nietos lloran, pero a la policía no les importan las lágrimas ni los lutos del alma.

Y la embajadora de Hungría muestra su preocupación por la composición étnica de la futura Europa. Porque no es comparable ser moro que cristiano-vigía de los valores de occidente. Y los neonazis son conscientes de que la sangre debe ser pura aunque eso cueste fusilar los glóbulos rojos de esa mayoría que se arrastra por debajo de las alambradas. Y nuestro ministro del interior asegura que el terrorismo viene mezclado con la miseria de los fugitivos y él sabe que si muere un solo español su vida valía más que la de miles de agonizantes en los desiertos. Y ruega a la virgen que lo ilumine para saber distinguir entre los que son amados por dios y los que sólo tienen su desprecio porque doblan sus cuerpos en las mezquitas pecadoras ante Alá.

Ellos no van a ninguna parte. A lo mejor nosotros, tampoco.



domingo, 13 de septiembre de 2015

NUEVE DE SETIEMBRE



La memoria es una fecha:
Nueve de setiembre.
Un otoño laminar inyectado
como un ciprés metálico,
en el espacio intercostal
que conduce a la grieta rosa del pulmón derecho.
Buscan el nido de la muerte
para arrancarle los ojos
y mirarla de frente.
El suelo del alma
volado de hojas secas,
fríos amaneceres,
atardeceres sin músculo vital, cansado
como si la noche tuviera
rota en los pulmones
una fecha:  nueve de setiembre.
Quedaba la sangre sorprendida,
escondida a la sombra de la sombra.
Se hizo  grito la sangre,
espiga de glóbulos para exigir la esperanza.
Fue el sexo erecto
buscando amor por los rincones
de tu piel entreabierta
por donde el aire perdía los recuerdos
y el olor de hospitales,
de sábanas sin ti,
de almohadas sin el hueco de tu nuca,
de ecos vacíos de tu cuerpo.
Me convocó la vida
a un sorteo macabro.
Murió el 901, cama A.
Bastó un lienzo blanco
para tapar su muerte.
Alguien firmó un folio blanco
certificando mi vida,
una pedrea sólo,
pero vida.
Me saludó la tarde:
Bienvenido, señor,
tiene derecho a respirarme.
Y taponé el camino
que horadaron el nueve de setiembre
cuando inyectaron en el espacio intercostal

un otoño metálico.

sábado, 12 de septiembre de 2015

LA VIEJA HISTORIA DE UNA HISTORIA NUEVA


La historia se repite. Una frase deshecha de tan hecha como está y que hace de la historia una noria absurda, estatificada, convertida en una piedra dura, inamovible, pesada, que abandonamos hartos de un esfuerzo inútil por cambiarla u orientarla hacia un nuevo horizonte. La historia se repite. La oímos cien veces a lo largo del día, en labios acríticos, agrietados de aburrimiento, hastiados de iniciar una ruta que haga del tiempo un elemento dinámico que camina hacia donde el elemento humano le indique porque ha tomado conciencia de su papel de artífice, de hacedor de acontecimientos capaces de un discurrir lineal y un desprecio de la concepción de cangilones repetitivos, pálido el tiempo de ser tiempo.

Todos los partidarios de la historia como repetición de sí misma son espíritus pobres, carentes de conciencia de aventura, cobardes de lo que Laín Entralgo denominó “la empresa de ser hombre” Esta actitud es muy propia de los políticos españoles. Demuestran un miedo patológico cuando alguien se atreve a proclamar la linealidad del quehacer humano y la conversión de ese quehacer en historia política. Se han hundido en su visión de salvadores de todo y de todos y no quieren ser conscientes de que sus raíces están podridas hasta el punto de que cualquier viento de novedad puede tumbarlos para siempre y sepultarlos en el olvido más profundo. A Franco, dedicado a ser noria de sí mismo, nuestros hijos no lo conocen y nosotros, los mayores, no podemos recordarlo más que por su destructora postura de la libertad y por las cunetas cuajadas de esqueletos inocentes.

Estamos en tiempos de elecciones. Ahí están los partidos que alguien llamó dinásticos porque parecen ser continuadores de nadie sabe exactamente qué. Porque la extrema derecha fundada por Fraga resulta ser ahora “centro derecha”  y la que debía ser la izquierda de Pablo Iglesias es “centro izquierda”.
Cuando a los sustantivos de derechas o izquierdas hay que adherirle los adjetivos de centro, estamos hablando de la vergüenza de aceptar ser derecha extrema o izquierda-izquierda. Ortega renunciaba a sufrir hemiplejias políticas. Estos partidos con peso histórico  han ido renegando de su ayer y se han convertido en entes muy similares, coincidentes a veces hasta el extremo de unirse a escondidas para modificar la Constitución y cambiar el rumbo de la economía y las consecuencias que ese cambio ha arrastrado.

De repente surgen nuevos partidos. Traen en sus mochilas muchos defectos, es verdad. De ahí su necesidad de cambios de enunciados, de rectificaciones, de virajes que van a veces del entusiasmo al desaliento. A todos nos repugna la visión de un joven convertido en anciano en sus expresiones orales, en sus propósitos inalterables, en su univocidad impropia de la hermosa tarea de ser joven. Han dejado atrás el traje Armani, el loewe, la corbata de seda y los mocasines italianos. Han aprovechado las rebajas, la camisa de diez euros y zapatillas no elegantes de las que hacen niños de ocho años en países lejanos y que después son vendidas a setenta y cinco euros por empresarios que empezaron de la nada y ahora son clase alta “porque se han hecho a sí mismos”  y son dignos de admiración.

Estos jóvenes hablan de reparto de bienes, de urgente ayuda a ciudadanos sin recursos, de la obscenidad de los desahucios, de la desigualdad de salarios y trabajos, de la chavalería sin futuro, de los padres y madres que no tienen un trozo de pan para sus hijos. Y dicen que no es así la vida, que hemos sembrado la injusticia porque le conviene a una minoría, que hay que repartir los bienes de la tierra, que los derechos son patrimonio de todos y no de unos pocos. Llegan gritando que la utopía es una verdad prematura, pero verdad, que la palabra, como el pan, es patrimonio de todos, que los que vienen de fuera son hermanos, que los hombre y las mujeres poseen la suprema igualdad de la diferencia, que el amor está por encima de la banca, de las inversiones, de la prima de riesgo.

Y entonces los partidos dinásticos que son de derecha pero de centro, de izquierda pero de centro, se sientan en el casino del pueblo a fumar y a ver pasar ese entusiasmo de juventud, mochilas de futuro, voz de mañanas renovadas, de horizontes recién hechos, ricos de humanidad como un pan caliente y sonríen con el desprecio del que tiene claro que la historia hay que repetirla porque les ha ido bien siendo noria, girando sobre sí mismos. Y les echan en cara el delito de ser jóvenes, del pecado de la improvisación, de que la veteranía es un grado, de que deben cuidar las formas porque no es decente ir en autobús cuando lo elegante de un político es que un chofer servilista les abra la puerta y se instalen en el asiento de piel del Mercedes para hablar con la amante.


Algunos son fotocopiadores de la historia. Otros son inventores de un mañana fecundo.

viernes, 11 de septiembre de 2015

LA GUERRA

La guerra es hermosa.
Han embellecido la guerra.
Tal vez sólo las fiestas de un pueblo,
cuando la patrona, esa virgen de agosto
con sus fuegos fingidos
que asustan a los niños y los perros.
La guerra es espectáculo
como esos documentales
multicolores de peces en los fondos marinos.
Ya no hay muertos en las guerras:
son efectos colaterales
No hay niños mutilados, mujeres violadas:
son efectos colaterales,
un doblaje perfecto para hacernos creer
que la sangre ya no cotiza en bolsa.
La guerra es elegante.
Vuelven los artificieros
escoltando tanques verdes
como si de Macarena se tratara,
de Cachorros y Trianas,
con mitras urbi et orbi.
Atrás queda el olvido
descuartizado
y el petróleo manando
de  bocas como tumbas.
Y la riqueza cosechada
en los vientres opacos,
aplastados con lejanía gris.
La guerra es hermosa
como la mirada telescópica
de cupidos obscenos

que nunca se equivocan.
MUY DESPACIO

Despacio,
como si las rosas
fueran a algún sitio.
Despacio,
como si las flores
juntaran latidos
para fabricar un corazón
Despacio,
como si las margaritas
preguntaran
si te quiero, no te quiero.
Despacio,
como se besan los ríos
cuando se encuentran en el mar.
Despacio,
como te desnuda
cada noche la noche,
como cae tu ropa al suelo
si tus labios y mis labios,
si el tacto busca
caminos en tu piel.
Despacio, muy despacio,
como andan tus ojos
las calles de mi sangre.
Despacio,
hasta que te instalas
en mis balcones de geranios
Despacio, muy despacio,
como se adentra la muerte
por las grietas
del aire respirado.
Despacio, muy despacio,
Ordenando la espuma de tu boca
en cestitos de jazmines
Despacio, muy despacio,
como aprendo tu nombre,
y lo clavo en mi nombre
para que la noche tape
tus labios fundidos en mis labios.
Despacio, muy despacio,
acostumbrando a vivirme
a morirme
en el hueco de tus besos.


lunes, 7 de septiembre de 2015

HASTA LUEGO



Me estoy yendo despacio, como una rosa de agua,
y quiero ser consciente de cada despedida.
Saber que sabe a tierra mojada mi esqueleto
igual que las raíces del trigo en primavera.
Necesito que sea sencillo como el pan.
Pero un adiós honrado como el sudor del tiempo.
Me he ganado la muerte a golpe de tristeza,
Y os dejo libre el aire
y el mar, y alguna fecha.
Algún día también de un mes cualquiera
seré un aniversario y un hueco en la memoria.
Quisiera ser consciente de cada despedida.
De ti, mujer, del hijo que tuvimos.
Cuídame los geranios, los potos y la luna
por si Dios siente alguna nostalgia de este mundo.
Morir es derramarme, mujer, entre tus manos,
como en aquellas noches lejanas de la playa.
Marcharme de tus besos, llevándome tus labios
y el perfume redondo y caliente de tus senos.
Después de muerto quiero cogerte la cintura
y andar la eternidad buscándote los ojos.
Quisiera ser consciente de cada despedida
y explicarte la muerte como se explica el mar.
Olvidarme, hijo mío, por siempre entre tus manos,
cobijando la hombría en tu niñez exacta.
Se muere fácilmente. Basta un golpe de sangre
que descuida el trayecto y olvida el corazón.
Se muere fácilmente si el aire se entretiene
en las puertas del alma a coger mariposas.
Morir es convocar la ternura de la historia
y hacerla solidaria de la pena del mundo.
El hombre siempre muere por el hombre y se inmola

como un ramo de flores en el pecho del viento.
EL NIÑO QUE ERA ESPUMA

Parecía la espuma de una ola de colores. Blusita roja, pantaloncito azul. Como si llevara en los bolsillos pececitos policromados. Boca abajo, mirando a la madre tierra, a la arena con moléculas de sal, meciéndose en el columpio infantil de las olas. Tuvo un nombre, Aylan, pero se lo han borrado las bombas, los morteros, el hambre, la deriva de un camino sin camino que desembocó en la muerte diminuta como la chuche de un kiosco maldito. Ni siquiera de la mano de su madre, de su hermano. La muerte es siempre una separación y a él casi lo arrancó del pecho materno. Un soldado lo llevó en brazos, con respeto, con ternura, con cariño hasta el montón de los muertos. Allí quedará, en la cordillera del asco humano, de la vergüenza, del egoísmo que no tienen ni los animales.

De repente. Fue de repente. El mundo sufrió un escalofrío hipócrita porque el mundo siempre se estremece cuando suena la primera paletada de tierra sobre un féretro. Es un golpe seco, sin eco, sin consecuencias para quien permanece de pie junto a una tumba todavía abierta. Pero al mundo se le hielan las venas cuando esa tierra seca es espuma dura de mar que golpea los ojos muertos, los labios muertos, el pecho muerto de un niño que para siempre se llamará Aylan.

Los políticos, fariseos de profesión, ataúdes blanqueados de profesión, falsos por definición, se visten de gala. Traje oscuro, porque de luto falso se trata. Discreto perfume, porque de muertes se trata. Corbata negra porque los cadáveres siempre exigen corbata negra. Entran a la reunión con máscara seria, seca la sonrisa, la mirada baja, las manos retorcidas, la mente gris marengo porque la venta de armas se les ha ido de las manos y han creado un espectáculo insoportable. Y los fotógrafos, y los periodistas, y las cámaras cubiertas con un paño negro para que no les llueva el olor a cadáver.

Los políticos se estrechan la mano. Se miran con la complicidad de quien sabía que esto podía pasar, pero imaginaban que no pasaría, que unos cuantos muertos se entierran y el mundo vuelve a la bolsa, a los mercados, a los codazos incruentos de las plusvalías, a abrirse de piernas y follar para olvidar las tristezas oscuras de los muertos amontonados. Los políticos van a arreglar el mundo. Tendrán que reunirse nuevamente dentro de quince días porque hoy tienen prisa. Han quedado en París con la amante. Y mientras, se siguen amontonando los huesos de mujeres con pechos plenos como mundos que nunca tuvieron en sus pezones los labios de tanto Aylan sin paradero, hombres como montes que levantaban su patria.

Nos queda ese soldado que nos toma en  brazos con respeto, con ternura, con cariño, que nos lleva a todos hasta una muerte que nos confraterniza, nos hace unidad indisoluble. Nos queda la nada como respuesta única a tanta pregunta que fuimos, a tanta búsqueda. Fuimos una interrogante sobre nosotros mismos y tenemos esa nada espesa como respuesta. A lo mejor nada valió la pena.

Parecía la espuma de una ola de colores. Blusita roja, pantaloncito azul. Como si llevara en los bolsillos pececitos policromados y un cartel colgado en las espaldas para que la muerte lo llamara por su nombre. Los forenses encontraron en sus manos la vida. La llevaba apretada, como se aprieta a una madre, a una novia, a una amante. Y firmaron el parte: ha muerto de pena, de soledad, de abandono, de odio.  El mar ha sido sólo un pretexto.


domingo, 6 de septiembre de 2015

NO HE POSADO



No he posado los pies en tu piel
para no dejar huella del camino,
para que nadie sepa llegar hasta tus labios
y encuentre la grieta de tu luna.
Prefiero las murallas de tus piernas
con las enredaderas asomadas
al balcón de los ríos,
proclamando la fiesta
de los tejados con gatos color naranja.
Me aúpo en tu memoria,
donde se encuentra el corazón consigo mismo,
esos labios del beso
que besa los labios.
Pretendo defender
tus manos perseguidas
por la eternidad que se instala
en el alero de tus ojos
para divisar los pechos del horizonte azul.
Prefiero llenarte
de mariposas la sangre
y que huela a caricias
el aliento de los ojos.
No he posado los pies
para no dejar huellas
que lleven desde tu boca a tu boca




viernes, 4 de septiembre de 2015

ME IRE ACOSTUMBRANDO

No me acostumbro a esta postura
fetal de tu silencio.
Envuelta sobre sí misma,
tu palabra ausente
me convoca a la distancia
de tu piel y mi piel.
No logro conciliar
las amapolas azules
con la despedida gris
de tu vientre sin olas.
Olvidaste en la huida
los mástiles que sostienen
esos mundos anónimos
que fabricamos tú y yo
como orfebres de estrellas.
Nadie sabe el camino
que desemboca en las lenguas
que hacen del beso una patria
caliente de recuerdos.
Por eso no me acostumbro
a mis manos sin cuerpo,
a tus muslos borrados,
a tus pechos sin pechos,
al refugio umbilical
donde descansa la caricia
camino de tu centro.
No me acostumbro
a esta nada ocupando

los huecos del silencio.

jueves, 3 de septiembre de 2015

AQUELLA NOCHE


No critico la noche que no fue nunca noche
Se nos perdió la luna en un recodo  del beso
y olvidamos el tacto de los labios,
las lenguas extraviadas
en un cielo de bocas confundidas.
No critico la noche que no fue nunca noche,
aunque despobló mis manos del árbol de tu carne.
y me abolió la sombra de tu sombra.
Porque aprendí a vivir en tus rodillas,
en el regazo de tu pelo dormido en mi almohada.
Supe del calor de tu cuerpo en mi cintura
hundiendo mi alegría en la oquedad lunar de tu alegría.
No critico la noche que no fue nunca noche
Me lo advirtió la ausencia,
la distancia,
la longitud del tiempo,
la dimensión de una luz sin apellidos,
luz de hospicio
que me predijo el destino
a cambio de un ramo de rocío.
Ando trenzando silencios
que acoten la distancia
donde retumben tus ojos de lejanía infinita.
Porque no estás,
a lo mejor no estarás nunca,
porque  he ido perdiendo

la apuesta que le hice a la noche que no fue noche nunca..

martes, 1 de septiembre de 2015

AHORA QUE EL TIEMPO



Ahora que el tiempo se cansa de vivir conmigo,
de estar a mi lado,
de ser la sombra de las margaritas plantadas en mi sangre.
Ahora que el tiempo quiere matar las mariposas
que guardaste en mis ojos.
Ahora que está cerca el triunfo del olvido,
de convertirme en fecha de un almanaque
de tecnología última.
Creo que es el momento inmediato,
anterior al después,
al nunca oxidado
por huesos pulidos por raíces de yerbabuena,
de flores silvestres inmunes a la civilización
de las floristerías de barrios con monóxido de carbono.
Ahora que la nada se va haciendo relieve,
tomando cuerpo de feto hueco,
de amargura de limones salvajes.
Ahora que todavía es ahora,
presente que indica que no hay más tiempos verbales,
que nada se con-juga porque sólo hay gotas agrias
que escuecen como si masticaras un bosque incendiado.
Ahora que no sé qué significó vivir,
ser aspiración y vacío,
sexo y deflación genital,
pasión erecta y cansancio de carne enamorada,
hambre infinita
y finitud hambrienta.
Ahora no sé decirte
lo que quería decirte.
Sólo acierto a pedirte perdón
porque la muerte no dialoga,
porque tres centímetros de cáncer son suficientes
para ahogar el aliento,
para lacrar la aventura de la palabra
y hacer del silencio una mueca repugnante.