lunes, 31 de agosto de 2015

A TU ORILLA



Puedo morirme un día a orillas de tu voz.
cerca de donde gestas lunas con cintura.
Muerte circunvalada en tu palabra,
en el sonido de olvidos olvidados.
Bajaré  por la palabra que pronuncias
hasta tu centro,
donde alumbras
las huidas,
los miedos que abrillantas
para embellecer la angustia
que te produce la entrega.
Me moriré disimuladamente.
No notará nadie mi cadáver
embalsamado con la sal de tu saliva,
en caricias envuelto,
desnudo como una tribu de amapolas.
Puedo morirme un día a orillas de tus labios,
en tus besos sin nombre y apellidos,
tus anónimos besos
muertos en la espalda de tu boca,
en el opaco cielo de tu boca
sin que nadie supiera
que tenías plantada una cosecha de alegría.
Puedo morirme un día a las afueras de tus ojos,
en los adentros de tu piel,
allí donde una tarde
conocimos los límites del cuerpo
pero nos empeñamos en saltarlos
y adentrarnos para siempre

en la carne salada de las olas.

domingo, 30 de agosto de 2015

A LO MEJOR TRISTEZA

Se me está enfriando la tristeza.
Nieva sobre la tarde la tarde
Hay perros por las calles
custodiando la luna de los charcos.
Nieve ausencia
de ti,
de mí,
de nadie,
de minutos oscuros,
de copos de plomo,
de horas vacías,
sin tiempo dentro,
huecos los relojes,
porque no contienen
el volumen de tu cuerpo,
porque no te encuentran,
porque sólo dejaste
una huella de olvido.
La tristeza fría
es una carne muerta,
una piel que corta
cuando roza los labios
y son los besos
incunables antiguos,
pergaminos
de noches de agosto,
desnudos los dos,
con sábanas sin ley,
de anárquica alegría,
de entradas y salidas
de los cuerpos fundidos.
Voy a cubrir la tristeza
con el ayer que fuiste,
que fuimos.
No tiene nombre,
pero se llama como tú.
                                                 

sábado, 29 de agosto de 2015

Y NO ESTAS


No estás.
Amurallada la puerta,
las ventanas,
cegado el pozo donde se escondía el mar.
No estás.
Se marchó una tarde –me dicen.
No llevaba maletas.
Dejó abandonados los sueños y los perros.
No tenía un camino entre los pies,
ni aquel campanario de risas en la boca.
Vengo desde aquella lejanía donde existí contigo,
y no estás.
Se fue de prisa como las madrugadas, -me dicen,
como un mar cansado de latir,
con la decisión de un río que quiere suicidarse.
No estás.
He preguntado por tu hueco,
por si alguien encontró tu vacío,
por si te hubieras olvidado los besos con las prisas.
No estás.
Ni siquiera una despedida debajo de la puerta,
ni aquel gesto volandero de tu mano,
de tus ojos abrazados a mis ojos,
de tu piel arrancada de mi piel.
No sé si tendré tiempo de esperar tu regreso.
Tiene prisa mi muerte
y aprieta contra su sombra mi sombra,
como tú me apretabas cuando  eras  girasol
alrededor  de mis labios.
No estás.
Arrastro la palabra buscando tu huella.
No estás.
Me has dejado la existencia a media asta
con la muerte colgada de un mástil astillado,
rota de viento y sol,
de veranos calientes en tu sexo,
de inviernos refugiados en tu vientre.
Me he perdido en la nieve,
en el frío abandonado de un hospicio,
sin señal la brújula que me orientaba a tu boca,
a los puntos cardinales de tus labios.

No estás.

viernes, 28 de agosto de 2015

¿QUE SERA LO QUE TIENE EL NEGRO?


Ya entonces, no sé cuándo, lo preguntaba una canción que se convirtió en popular. Madre, qué será lo que tiene el negro? A lo mejor entonces, no sé cuándo, era verano y el negro servía para que alguien triunfara y recolectara dinero para pasar el invierno. La picardía del negro servía, y eso era lo importante: utilizar su capacidad de ser utilizarlo para que el verano poblado de bikinis se poblara de un falso miedo atractivo, picaresco, provocador que diera lugar a llamar a la madre sin mayor deseo de que alejaran al negro que jugaba a meter mano donde se temía-deseaba que metiera mano.

Hubo otro entonces, no sé cuándo, que anunciaba la llegada del negro. ¿Se acuerdan?  “Ya viene el negro zumbón…” cantando alegre…no recuerdo qué. Pero evidentemente lo de zumbón no podía aplicarse a nadie más que a un negro. Por Goya, Serrano, Sierpes o Génova no van los negros zumbones. Van los embajadores con chofer-sirvienta-de-cofia-uniforme, los campeones que firman autógrafos, los actores guapos que se hacen fotos. Los que meten mano, los-sin-papeles-top-mata-ilegales compran el pan en Lavapiés y en Lavapiés huyen de la policía porque la ley es igual para todos, porque la ley está para cumplirse, porque hay un orden establecido, porque han venido a quitarnos el trabajo, porque son los culpables del paro, aunque algunos culpan a la reforma laboral y es mentira, porque algunos tienen la manía de achacar a Rajoy lo que Rajoy no ha hecho, ni Báñez,  porque ella ha levantado España con la ayuda de la Blanca Paloma. A lo mejor para eso ha venido el negro, mami, y no para lo que algunos imaginan, no para cantar el alegre compás,  porque él es un zumbón sin más.

Hubo otro entonces, no sé cuándo, que existió Ana Mato. Y le cantaba lo del negro en los cumpleaños-gürtel con globos y confetis. Se abstrajo del ébola, se inhibió de su ministerio de sanidad porque no lo creía importante. Pero dedicó toda su energía en averiguar qué es lo que quería el negro. Y lo sitió por el cáncer, la cardiopatía y la nefropatía. Les quitó la sanidad. Los desnudó de su derecho a vivir y lo arrinconó en su derecho a morir. Morir es un derecho reconocido y su conciencia cristiana no le permitía arrancarle ese derecho universalmente aceptado en consonancia con la Unión Europea e incluso la ONU.

Y llega el ahora. Presupuestos sociales-electorales. A España no la conoce ni la madre que la parió, que diría Alfonso Guerra. San Mariano ha hecho el milagro y se arrodilla Montoro, Margallo, Cospedal y el desterrado Floriano. Ya hemos vencido la crisis que nos legó Zapatero. Crecemos hasta el punto de que el FMI y Merkel nos tienen que frenar porque amenazamos con volver a poner a Rato al frente del dinero del mundo y a Wert-novio-marido-embajador que estás en los cielos al frente de Europa.

Y llega el ahora, este pre-futuro-elecciones. Ahora es el alzad los brazos, hijos del pueblo español, que empieza a resurgir. Mariano ha tardado cuatro años en profundizar y averiguar qué es lo que quiere el negro. Y manda que los negros, además del derecho a morirse, tengan la posibilidad de ser artríticos, padecer una EPOC, o sufrir diabetes. Rajoy se hace selfies, besa a niños con mocos y ha puesto en su despacho la foto de Aguirre abrazada a una negra.

El ministro de Sanidad no lo tiene tan claro. El secretario de estado dice que si se atiende a los negros, los consejeros respectivos lo pagarán con su patrimonio. Y en esto que llega Don Limpio. Fregó Badalona de rumanos que delinquen, de musulmanes que rezan, de gitanos que recogen chatarra, de mujeres que esconden sus caderas en faldones largos, de niños que sólo son niños.  Don Limpio limpió Badalona. Vaya usted a un pueblo. Reúna a todos los delincuentes-extranjeros o extranjeros-delincuentes porque esto es capicúa, ponga dos metros de Don Limpio y los nacionales disfrutan otro 1.492 con Isabel-Albiol-Fernando. Badalona es la nueva Granada sin Alhambra ni Generalife y sobre todo sin el Sacro monte gitano. La primera medida que Albiol tomará si gana las elecciones, será derogar la medida social (reparen en las dos palabras juntas) de la asistencia sanitaria y devolverá a los inmigrantes el derecho a morir sin más. Ni siquiera Rajoy el sin-rescate, el sin-recortes, el del mejor-estado-de-bienestar, el que le hizo frente a Merkel, a la troyka, el nunca-presionado, el que presiona-a-al-presidente-de-BCE, el que reconoce el derecho sanitario para todos, porque a todos hay que inyectarles el miedo a otros partidos, el del equilibrio, el de la estabilidad, el del conjunto de todos los bienes sin mezcla de mal alguno-como-el-cielo-de-Rouco, tiene la potestad de llevarle la contraria a Don Limpio.

Cuando hay elecciones,  Aunque la virgen sea blanca,
                                          píntame angelitos negros
                                          que también se van al cielo
                                          todos los negritos buenos


Ahora resulta que no hay que temerle al negro, que el negro tiene derechos, que no tenemos derechos a privarle de derechos, que los votos se vuelven blancos en las urnas, que hemos echado demasiado Don Limpio. 

martes, 25 de agosto de 2015

RENUNCIACION


 Cerró al amor su piel,
los huecos de su vientre.
Se alimentó de distancia
hasta hacer de los huesos
un andamio de lejanías huecas.
Apostó por  besos endogámicos
de una boca adquirida en la subasta
de túneles internos,
de rocas impermeables..
Soñó con orgasmos en la penumbra gris
de pubis como gritos,
de gritos como pubis desiertos, sin oasis.
Para aliviar la tierra
de la carne quemada,
se anudó la lengua en la cintura
y rompió los espejos con estrellas.
Caminó hacia sí misma hasta encontrarse
con la sombra que instruye un camino imposible.
Yo he amado la espuma de ese vientre,
la marea de sus labios,
las olas de sus pechos verticales
y la arena virgen de sus ojos.
Se abrió entre mis manos una noche
como los pétalos de una luna rubia.



¿SE MUERE LA DEMOCRACIA?


No hablo de “nuestra” democracia. Me refiero más bien a la democracia como forma de entender la sociedad aquí, en Alemania o Canadá. Es decir, a la democracia como forma vital de entendernos, de vivir, de convivir.

No hace mucho, en Italia se arrinconó a un presidente popularmente elegido y se le sustituyó por un tecnócrata impuesto por la emperatriz europea Angela Merkel. Acabamos de asistir a la deposición de un presidente elegido en Grecia. Su programa ha sido estrangulado por el poder dictatorial de Europa y se han convocado nuevas elecciones. Y ante ese estrangulamiento del programa del primer ministro, los partidos políticos griegos se fraccionan y Europa se frota las manos porque al final impondrá unas condiciones que hagan emerger el presidente sumiso y arrodillado que Alemania necesita para ungirlo como lacayo de sus intereses.

De paso, esa Europa con nombre y apellidos alemanes, nos pone ante el espejo-chantaje de lo que no está dispuesta a permitir y nos exige que pongamos a la derecha que ella propicia y nos aleja de todos aquellos que, queriendo subvertir “el orden establecido” abogan por una recuperación que nos saque de nuestra situación de esclavos y nos devuelva la categoría de ciudadanos.

El partido que ganó las elecciones en España, se presentó con un programa florido de promesas. Las rompió al día siguiente de ganas las elecciones. La herencia recibida llevó al gobierno a hacer lo que no quería: destruir todo lo conseguido culpando a las circunstancias, a la crisis (estafa). Rajoy argumentó que no era posible otra política y se dedicó a vivir arrodillado ante la amante rubia. Lo que significaba que tenía que llevar a cabo la política que le marcaban desde fuera porque no sabía hacer la que le pedían sus votantes. En este sentido, España y Grecia se diferencian por el grado de dignidad. Rajoy se siente cómodo inclinando la cerviz y Xipras dimite porque su dignidad se lo exige.

Pero el problema va más allá. La democracia es el menos malo de los sistemas. El ser menos malo implica que lleva en su seno una maldad que es la preferible si la comparamos con otras maldades, las dictaduras, por ejemplo. ¿Será posible acoger esa maldad venial en el futuro mediante unas elecciones que sepan exigir a sus gobernantes el cumplimiento de lo  prometido? ¿Podremos reclamar la satisfacción de las necesidades de dignidad,  de derechos humanos sociales, laborales, sindicales a lo que tenemos derecho? Dicho de otra forma: ¿Podremos vivir una democracia sin tutelas, sin exigencias exógenas, sin que nadie imponga unos criterios que no van incluidos en la voluntad de la papeleta electoral?  ¿Podremos desarrollar la democracia que tanta sangre costó sin entregarle nutras urnas a la injerencia de quienes sólo pretenden un concubinato con los mercado?  ¿Primará el ser humano por encima del dinero?  Si la democracia no es antropocéntrica, a mí personalmente no me interesa. Las dictaduras son ególatras y por tanto detestables y corruptas en su misma raíz. La dictadura impuesta por los mercados, las inversiones, los déficits, las deudas, etc. llevan trajes último modelo, pero debajo van las polainas y las pistolas de brillantes culatas. Las dictaduras disparan a la nuca. El dinero fusila los estómagos, desprecia la ancianidad, la dependencia, la enfermedad, la docencia, el hambre, la niñez. Y todo invocando el perverso orden establecido.

Y aparece el miedo como arma anestesiante. Fuera del orden establecido no hay salvación. No hay elección más que la obediencia a ese orden impuesto por la crueldad del capitalismo. El miedo inyectado en el desempleo, en los recortes sanitarios, en el desprecio por la dependencia, en convertir a los jubilados en seres amenazados con la desaparición de sus pensiones, en implantar el copago sanitario para descartar enfermos pobres, en encarecer la universidad porque a un pueblo analfabeto se le maneja fácilmente al antojo del primer postor. Cualquiera que proclame que las cosas pueden cambiar, que la esclavitud es una indignidad, que los trabajadores tienen derechos, que los desahucios deben suplirse por soluciones habitacionales, que el hambre no es una solución sino una imposición, que un niño o un viejo valen infinitamente más que un banco, que la dignidad y lo que conlleva es un derecho inalienable,
que un enfermo terminal merece más respeto que quien viaja en jet privado.

A todos esos constructores decentes de la historia les llamaban antes utópicos, prostituyendo la utopía y convirtiendo en puta de lujo. Ahora le llaman populismo despreciando así las aspiraciones del pueblo, despojándolo de la grandeza que merece lo humano como centro del universo.

¿Se ha muerto la democracia? ¿Necesitaremos de unos cristos laicos que la conviertan en resurrección?


lunes, 24 de agosto de 2015

A LO MEJOR

A lo mejor no sabrás nunca
llegar a lo imposible.
No importa,
aunque sólo se sueña lo imposible
No sé si estás,
si existes todavía,
si se te llenan las manos
de piel cuando me nombras.
No sé si recuerdas
aquella calle
que desembocaba en tu cintura
y convertía tu risa
en un río de amapolas.
No sé, pero tampoco
necesito saber demasiado.
Tan sólo si tienes todavía
la retina poblada de los besos
de aquella noche última
cuando fuimos
un puñado de luna
entre sábanas de alegría,
explicando los jardines colgantes
de tus pechos y mi carne.
Sólo quiero saber
si tu nombre es mi nombre,
si nos reúne el mar,
si nos identifica.


domingo, 23 de agosto de 2015

HUNDIDO


Después de hundido,
de ahondarte,
de perseguir tus lunas interiores,
tus peces de luz,
mariposas marítimas de sal
como la carne de tu vientre.
Después de hundido, estoy,
junto a la ausencia,
con tu piel en las manos,
recordada,
líquida, pero en mis manos,
como aquella noche
cuando estuve hundido
en la infinitud de tus muslos.
Después de hundido,
como hundido el mundo
en los dedos artesanos
del dios que lo inventa a cada instante.
No sé si soy
después de ser en ti
o he regresado a la nada,
a la fría nada sin tu sexo,
sin el gemido supremo
que planta cipreses
a  orillas de tus pechos.
No sé si estoy,
si soy.
Sé que estuve hundido,
naufragado,
y anduve el arco iris

flexible de tu espalda.

viernes, 21 de agosto de 2015

HUIDA


Tal vez estoy huyendo
de ti, de mí,
de todo.
Del espejo
que pronuncia mi tiempo.
De tus manos que dicen mi cuerpo.
Termino y empiezo en los talones,
en esa fuga de sótanos
que se instalan bajo el nivel del alma,
tumbas que mastican
huesos abandonados,
sin nombre,
sin historia,
sin nostalgia.
Me voy desprendiendo de mí,
huido de ti,
sin tu vientre preñado,
sin el líquido amniótico
de tu cálido aliento,
en la postura cómoda
de una bolsa de mares.
Estoy suspendido de tus labios
como un beso,
como una luz
de tu pupila,
como un eco
de tu ausencia.
Abrieron tu vientre
como un cráter caliente
para que yo aprendiera
el camino de la huida.
Y te acuerdas,
cuando te grita la cicatriz,
que estuve dentro de ti,
que yo era tú,
un solo pronombre personal
fundidos hasta que se rompió
el manantial de tus aguas
y salí como un río huido de sí mismo.


miércoles, 19 de agosto de 2015

ERES HIERBA

A hierba sabes.
Hierba con un río dentro.
Femoral verde
regando el verde
de tu piel de hierba.
Hierba que nace
cuando el gemido,
cuando la siembra,
cuando el arado marca
las fronteras
de tu cuerpo y mi cuerpo.
Hierba que toco,
la que llena mis manos
de campos de piel,
de firmamentos verdes,
de planetas y lunas verdes.
En el interior del beso,
en su oquedad íntima
estás de pie
como los cipreses
a la espera de mi muerte.
Seré verde entonces,
como tus ojos,
como el jardín que cuelga
desde tu cuello a tu espalda.
Seré verde
para que tú me fecundes
con la humedad de tu carne.
Muerte de hierba,
de trigo con amapolas verdes,
haciendo un paisaje,
como entonces,

como siempre.

martes, 18 de agosto de 2015

REGRESO


Estoy de regreso.
Se me acabó el futuro
en la esquina última
cuando doblaron tus ojos la luz,
cuidadosamente limpia
y la guardaste en el miedo
al mañana.
Vengo desde ti
haciendo un camino extraño.
Me nombro
y se pierde entre mis montes
mi grito.
De ti regreso,
sin camino.
Intento encontrarme,
recuperarme
después de aquella donación definitiva
que inscribiste en tus manos.
Me desvinculaste de tus labios
en la esquina última.
Me olvidaste en la oficina
de objetos olvidados.
Me reclamo a mí mismo,
pero no me devuelven.
Perdí la referencia,
la factura
que me convierte en dueño
de mis huellas.
No sé quién soy.

No sé si soy

lunes, 17 de agosto de 2015

LA CORBATA ROJA



El Padre Angel es un cura como miles de curas. El Padre Angel es viejo, como miles de curas viejos. El Padre Angel es pobre, como miles de curas pobres y miles de curas no tan pobres. Al Padre Angel le duele el hambre como a miles curas les duele el hambre y a miles sólo les preocupa el “pan espiritual”  El padre Angel se preocupa de los cuerpos, como miles de curas, mientras miles de curas se preocupan  sólo de las almas porque ellas no piden pan ni vaqueros ni alpargatas de esparto.  El Padre Angel es como miles de curas y se distingue de miles de curas.

Pero del Padre Angel, aunque de modo absolutamente secundario, me llama la atención su eterna corbata roja. Botín-banquero también usaba una corbata roja color-uniforme. Pero no me llamaba la atención porque era un color-moneda, estilo-millón-yate-privado-avión-privado-miles-de-clientes-privados-de-supropia-propiedad. Color-usurpación-usura-desahucio-comisiones-intereses-de-avaro-sobre-números-descubiertos-de grasa pecuniaria.

El Padre Angel no lleva la corbata puesta. Se la colgó un día y ahí se quedó. Nunca anudado el nudo. No ahorca el cuello. Está caída sobre el pecho, como un adorno abandonado. Siempre la misma corbata roja. Hay miles de curas con corbatas. A juego con el traje de ese día, con los calcetines de ese día, con los zapatos de ese día. Acoplada al gaznate. Seda italiana, regalo de una dama ilustre de la parroquia que deja los domingos cincuenta céntimos en la boina del pobre de la puerta porque da lástima y ella tiene su corazón entregado al sagrado corazón en vos confío. Ella le impuso una corbata que compró en Florencia en su último viaje. Don José, un caballero de la adoración nocturna, le compró un estuche: corbata-calcetines-pañuelo. Y el cura se mira en el espejo, se ve guapo y se va a salvar almas. Después tomará café con un matrimonio ejemplar. Un café servido por una hermosa criada de pechos brillantes, culo espléndido y cofia a juego con los muslos que deja ver la minifalda.

Al Padre Angel le chirrían los estómagos vacíos, los niños con mocos, las gitanas siempre preñadas, los pobres borrachos con vino Don Simón, las putas de Montera, los homosexuales despreciados por la jerarquía. No gana para corbatas porque con una corbata paga el bocadillo de un chaval. Y porque mientras pierde el tiempo en hacerse el nudo,  enseña a los pobres a que se rebelen contra su miseria porque la miseria no lleva al cielo sino a los infiernos de la indignidad. El Padre Angel piensa que Dios es un compañero del camino, un prójimo (próximo) que detesta las tiaras y las mitras y los pectorales de oro y piedras. Y no le gustan las corbatas a juego con los calcetines. El Padre Angel lleva una corbata con historia. Compañera de muchos años. La misma corbata. Por fidelidad a ella que ha visto morir de pena a un hombre en un cajero de Botín, el de la corbata roja-sin-méritos-para-ser-roja. La del Padre Angel es roja porque se lo ha ganado a pulso. Roja de pasión y entrega, de acogimiento, de mano tendida a los olvidados, a los desposeídos, a los que les mete en la cabeza que su pobreza es consecuencia del egoísmo, de la injusticia, porque el hombre es un lobo para el hombre. No voluntad de Dios. A Dios lo han convertido en un chiquero de cobardes los de las corbatas seda-italiana. Dios, piensa el Padre Angel, es un miura que cornea las ingles de la historia para que el calor de la sangre se reparta entre todos. “Esta es mi sangre, bebedla”  en una cena común, donde todos tienen derecho al pan. Lo demás son anestesias idiotizantes, tranquilizantes de conciencias, lorazepan para calmar los nervios de la prima de riesgo, de las acciones, del déficit.

Miles de curas desfilando de la mano del poder. El Padre Angel enfrentado con él. El poder distingue a los empadronados de los no empadronados, a los de los papeles en regla y los sim papeles, a los legales y los ilegales. El Padre Angel sólo ve seres humanos. El Padre Angel sabe que riqueza y pobreza son frutos de la injusticia y contra las dos lucha porque el poderío de unos radica en la miseria del resto.

Las corbatas de seda se enfrentan a la corbata roja, colgada como un escapulario, del cuello del Padre Angel.


sábado, 15 de agosto de 2015

LA MUJER, UNA PREOCUPACION DE ESTADO


Es frecuente que las democracias circunscriban sus preocupaciones a un temario estrecho y dejen de lado temas que deberían requerir su atención si la jerarquía de valores se impusiera a obsesiones que no deberían primar en ningún caso. La legislatura última de Zapatero priorizó el valor-mujer, aunque perdió ocasiones importantes en temas económicos y de destrucción de empleo. La legislatura del Partido Popular destruyó lo que a la visión de la mujer se refería, se burló hasta la saciedad de la postura de Bibiana Aido (no en vano era mujer) y redujo su llanto por las mujeres asesinadas a lamentaciones y gestos farisaicos.

A Mariano Rajoy le obsesiona la economía. Todas sus intervenciones van dirigidas a engrosar su pecho de pavo real y proclamar, como Aznar, que él es el milagro que ha salvado al país de una perversa herencia recibida, plantándole cara a Europa y remontando la crisis (nadie le llama estafa) en la que nos dejó el gobierno socialista. Se ha enfrentado a Merkel, a la troyka, al BCE y a base de destruir derechos, ha levantado la economía que es lo único que por lo visto interesa a los españoles. Y cuando digo los españoles lo hago en género masculino y en plural porque la vida de los machos de la manada hay que protegerla, mientras parece ser que la vida de las mujeres queda fuera de los horizontes que debe perseguir nuestra democracia.

El dinero va por delante de la sangre. Se habla de logros económicos mientras las mujeres mueren por la obsesión posesiva de los machos. Más aún, entre las preocupaciones que ocupan un lugar en las preferencias de este país figura la economía, el empleo-paro, pero no figura en los primeros lugares la vida de nuestras compañeras. Hubo un tiempo en que el terrorismo de una banda criminal nos ponía el alma en vilo. Cada mañana que amanecía sin una víctima era como un sedante para el resto del día. Hoy “lamentamos” el crimen contra la mujer y lo arreglamos con tres minutos de silencio. También son significativos estos silencio que suplen la indignación que exhibíamos frente a los atentados terroristas.

Más allá de proclamas vacías, el crimen contra la mujer no llega a ostentar una categoría de tema de estado. Y eso significa que, pese a llantos puntuales, minutos de silencio y hasta sugerencias de funerales de estado, la mujer ocupa sólo la periferia de lo político y de la ciudadanía en general. Como ciudadanos tenemos un sentimiento de venganza, no de prevención, de exigencia de valorar lo que la mujer es en sí misma. Incluso somos fáciles en legislar contra ellas, en privarlas de derechos sobre su cuerpo, sobre su sexo, sobre su maternidad (se acuerdan de un tal Gallardón?). Pero no las priorizamos reconociendo que nos exigen sus derechos de madurez absoluta y urgiendo a que esos derechos sean respetados en toda su amplitud.

WERT, ese glorioso embajador en la OCDE, promulgó una ley de educación que separa niños y niñas en los colegios con el consiguiente déficit de convivencia, impone una visión corta de miras frente a las compañeras y somete la educación a una moral religiosa, no sólo desfasada, sino enemiga de la mujer hasta el punto de considerarla causa de la hecatombe de la humanidad. Se regresa a momentos en los que la mujer es la servidora del hombre, sometida a sus exigencias sexuales y esclava de la blancura de perlán. Y mientras la mujer sea así considerada nos dolerá su destrucción como nos duele la rotura de un cuadro valioso. Pero nada más.

La educación es la floración de unos valores residentes en el educando. Familia, escuela y sociedad tienen que sacar de los adentros ese valor supremo que va más allá de la atracción física hacia la mujer. Hay que enseñar a venerar ese misterio que es ella para colocarlo en la primacía de lo adorable. Laboralmente no podemos condenarla a una inferioridad salarial. Ni podemos reducirla al papel de servidora del jefe y menos a considerarla como un objeto de las apetencias sexuales de quien manda. Los chavales masculinos no son la medida de la falda, de las amistades, de las comunicaciones. Ni son los inspectores de sus aficiones y relaciones. Ni ellas deben permitir la intromisión de sus compañeros-novios en su forma de estar y de ser en la sociedad. Nadie es donante de su independencia como persona. Mientras en la sociedad, en el hogar y en la escuela no se realcen estos valores, seguirá imperando un machismo asesino.

Pero esto requiere que los gobiernos hagan del tema femenino una cuestión de estado. Ellas no son algo menor que la economía, que el empleo, que el déficit. Lo humano debe ser el valor supremo para los humanos.


Yo necesito creer que algún día dejaremos de ser machos y evolucionemos a la categoría de hombres.

viernes, 14 de agosto de 2015

LA MUERTE QUE OLVIDE



Tal vez he muerto antes de ayer
y no lo recuerdo.
La muerte se alimenta de amnesia,
nutre su anemia sin  añoranzas grises,
no extraña los besos o el traje del domingo.
Tal vez he muerto antes de ayer
y ellos, los seres-en-el-tiempo,
miran el sillón vacío,
el hueco de la cama caliente de ternura,
la raqueta del sábado temprano,
el bolígrafo mont blanc
y un poema inacabado
hablando de caricias escritas en sus muslos.
Ya está descansando, piensa ella,
como si la vida  sólo fuera  cansancio,
como si las noches entre sus labios abiertos,
entre sus pechos abiertos,
entre sus ojos abiertos
hubieran agotado mi corazón erecto.
Hoy quisiera decirle
que soñé con el hijo que tuvimos,
que creció vertical como los ríos,
que intuí en sus manos la piel de aquella colegiala
guardada en la carpeta azul de los deberes.
Pero tal vez me he muerto antes de ayer
y no lo recuerdo.
Ellos son conscientes
porque han esparcido las cenizas
en las bodegas del alma.
Los columbarios guardan corazones colmados de historias.
No estoy seguro de haber muerto.
La vida es una duda sin certezas

y la muerte la última pregunta.

jueves, 13 de agosto de 2015

TALLOS DE NOCHE


Cortando  tallos de noche,
segando  oscuridad
que crece en los ojos
y pisa  mis huellas.
Noche tú sobre mis hombros.
Cruz sin luz para esta crucifixión
en un gólgota cóncavo,
sin sudario que cubra el sexo de las penas,
sin  gotas de vinagre
para anestesiar el diagnóstico que figura en mi nombre.
Se clavan los silencios en la carne
y nace el mundo en la piel entreabierta,
en la herida de los ijares del mundo.
Tallos de la noche
atando la muerte a los barrotes
de mi jaula antigua
donde vivió la alegría de los pájaros
que emigraron a un hospital de neonatos
donde brota la vida entre alientos con pañales.
Tallos últimos de la noche,
las venas desaguadas,
color ocre de caballos desbocados
con los ojos del espanto,
pero elegante el gesto jerezano.
Tallos de noche
pálidos como amapolas incunables
que fueron algún día
y han perdido la costumbre de vivir.


miércoles, 12 de agosto de 2015

LA VENTANA



Cerró de repente la ventana.
Crujió la vida en las bisagras.
Intemperie todo.
Rios que tiritan.
Piel de las flores con  escalofrío de lunas.
Sangre coagulada a las puertas
de la soledad absoluta.
Cerró de repente la ventana.
Buscó a tientas su soledad más sola,
el travesaño de su almohada intacta,
sin huellas de besos,
sin recuerdos calientes de cuerpos enredados,
sin sábanas sudarios
para empapar  caricias.
Le regalé aquel día
un árbol de miradas,
de ternura para su cuerpo caliente,
un río para envolver los relieves de sus montes.
Ahora tiene cerrada su ventana
y el mundo no cabe por sus grietas.
Hay un silencio espeso,
una lava de plomo en el alfeizar
donde sembré geranios y jazmines,
lavanda y hierbaluisa
para que fuera elegante el aliento de su boca.
A lo mejor no me queda tiempo
para hacer de la espera una esperanza,
para tejer una dulzura nueva
por si amaneces,
por si te manifiestas como una epifanía.
A lo mejor entonces sólo encuentras
mi carne destruida
alimentando olivos retorcidos

como cuando entonces era entonces.

martes, 11 de agosto de 2015

TEMPRANO



 Es temprano.
Ni siquiera la hora de besarte.
El mar todavía no ha llegado a tus ojos
ni tienen tus labios arena de playa.
Es temprano.
A lo mejor el tiempo
se olvida de venir
y sigue siendo noche
y fracasa el intento de esperarte,
de encontrarte,
de pasear por la hierba de tu vientre,
de indagar tus grutas
para descifrar
la antigüedad de tu luna.
Es temprano.
Voy a pintar el molde de tu cuerpo,
a dibujar tu boca con mi lengua,
a ponerle caderas a tu sangre
para que desemboque entre mis manos.
Es temprano,
pero acercarte poco a poco a mi piel
para que se acostumbren
tus labios a mis labios.


lunes, 10 de agosto de 2015

EL MERCADILLO


Van por los pueblos. El lunes en…el martes en…el miércoles en…Y así gira ese mundo que me resulta extraño. Hombres y mujeres que se visten de humor cada mañana, cargan la furgoneta de ilusiones y montan su tenderete. Despliegan su voz de sopranos y barítonos y regalan tres bragas por el precio de una, dos kilos de naranjas valencianas por el precio de medio, y dos pares de zapatos estilo Leticia-reina por apenas tres euros cincuenta. Y ellos entonan piropos al relieve de unos pechos que pasan delante y ellas te llaman guapo como si fueras un gran poder sevillano. Toca los lunes, los martes, los miércoles.

Cada cuatro años los políticos guardan la maquinilla de afeitar, tres bóxer y el desodorante que no te abandona. Algunos hasta llevan labios de repuesto porque besan a todo el que les brinde su rostro. Los paisanos abrazan fuerte y ellas admiran y algunas hasta sueñan orgasmos políticos. Y los niños en alto como si el líder fuera en la carroza de la Blanca Paloma, como si rozándolos los inscribieran como ministros en el Boletín Oficial del Estado.

Cada cuatro años los políticos montan y desmontan su mercadillo. Llevan sus furgonetas cargadas de promesas. No importa la posibilidad de cumplirlas, no hay que preocuparse de lo que se prometió. Cargan también las del sótano, aquellas de hace tiempo, las que se arrinconaron. Ahora se las envuelve en  la hipocresía de la crisis y pueden servir. Pensiones, dependencia, becas, vivienda. Se duermen cada noche con la Constitución sobre la cara y al día siguiente la invocan como las sagradas escrituras de la democracia. Todos los que llegan al poder llevan la Constitución en un armón de caballos jerezanos. Más que una entronización de derechos parece el cortejo fúnebre y solemne de un enterramiento. Pero de momento se puede usar. Un beso a un bebé,  una alusión a una mandamiento constitucional y es un voto seguro. Tres promesas al precio de una. Como las bragas del mercadillo, como los slips del mercadillo, como las naranjas del mercadillo.

Padecimos una herencia envenenada. Mal las exportaciones, mal el paro, mal los derechos homosexuales, mal las mujeres que incluso llegaron a creerse dueñas de sus cuerpos, de su vientre, de su sexo. Mal los viejos que se llamaban tercera edad porque les habían subido sustanciosamente sus pensiones, pero que debían recobrar su conciencia de simples viejos, que incluso son el problema del crecimiento negativo, un estorbo para la Gerente del F.M.I. Mal los trabajadores que tenían derechos de horario, de sindicación, de reunión, de huelga. Y tuvimos que abrir mercados y exportar camareros, y engañar las lista de parados para que se viera que habíamos creado empleo, y a las mujeres les recomendamos que para ser mujeres de verdad deben ser madres, y planchar las camisas, y limpiar los zapatos y abrir las piernas porque nuestros machos, que diría Queipo de Llano, deben tener la oportunidad de demostrar que son machos-machos, y que los jubilados son realmente viejos improductivos.

Y cada día montan el tenderete. Y venden promesas a bajo precio. No mirar tanto al pasado, sino al porvenir  (no confundir con futuro). Y repetir que se han hecho leyes contra la corrupción. Leyes fuertes que no permitirán al presidente animar a los Bárcenas, recomendar que sean fuertes, prometerles que se hará todo lo que se pueda, que se romperán los discos duros de los ordenadores pero será sólo para reciclarlos y en modo alguno para ocultarlos a la justicia, y que María Dolores ya no hará nada en diferido, sino al contado y que los plasmas tendrán mayores dimensiones para que todos los vean, y que la ley mordaza se llamará ley de sellados labiales que queda más fino.

Y  no olvidemos a Venezuela. Los españoles tenemos papel perfumado porque el estado de bienestar que se ha aumentado exige una higiene olorosa. En Venezuela tienen piedras y Marhuenda dice que es mucho más incómoda la piedra que el papel de periódico de La Razón. Inda por fin nos ha convencido que Monedero es el Bárcenas de partidos radicales, chavistas, amigos de ETA según confirma Esperanza que es un lince en cuanto te mira a los ojos y sabe distinguir un talento de un granados.

Y detrás va el coche escoba para recoger los vómitos que a muchos les produce la corrupción. Cuánta indignación, “flipación” repugnancia, rechazo. Ciertos estómagos no aguantan. Y eso que se han tomado un olvido, un desconocimiento, un no-saber quién era Luis, Francisco, Gerardo, Rodrigo…


Hoy nos toca mercadillo. A ver si me llega el sueldo y nos compramos bragas, slips y papel sin perfumar que siempre será mejor que la piedra de Venezuela.

domingo, 9 de agosto de 2015

LA ULTIMA PALABRA


No sé cómo decirte la última palabra.
Supongo que detrás hay un silencio espeso,
un precipicio para despeñar el resumen
del te quiero, te deseo, te abrazo, te beso.
La última palabra,
sin eco,
sin tiempo atado a la cintura,
sin después para abrazarse,
sin nunca para criar amaneceres
con luna en la almohada.
No sé cómo decirte la última palabra.
Romper las cuerdas vocales
para que un taxidermista
las cuelgue de una eternidad elegante.
No sé cómo decirte lo que quiero decirte.
No sé hilvanar las sílabas de la última palabra.
Invoco tus ojos,
Intérpretes que leían las miradas,
tus labios que intuían los besos,
tu piel que comprendía el sonido de mis manos
cuando tocaban tus pechos, tu vientre, tu cintura.
A lo mejor no tengo nada que decirte.
Lo sabes todo desde aquella tarde,
cuando la hierba, el río, los árboles
certificaron que los cuerpos recitaban poemas,
dibujaban versos entre tus montes
y se adentraba la lava por tu carne,
ardieron tu piel, mi piel,

y todo se hizo última palabra.

viernes, 7 de agosto de 2015

MENTIR ES CORRUPCION


Siempre me han tachado de utópico. Lo acepto. En la soledad de mis reflexiones me he preguntado si esta visión de los demás se corresponde con la realidad. Y he llegado a una conclusión afirmativa acompañada de una pregunta: ¿Y qué hubiera hecho yo en mi vida sin la utopía? ¿Cómo hubiera vivido mi existencia sin esa amante? Porque ella ha sido un amor irreemplazable y espero que lo siga siendo hasta que la muerte me convierta en la utopía absoluta.

Hasta las pestañas nos llega la corrupción. Uno respira un aire salado. El viento tiene un sudor maloliente. Destila pus esta contaminación que llaman transversal y que se nos cuela por las cicatrices del alma envenenando tanta herida de soledad, tanta hambre, tanto abandono, tanta dependencia condenada al desprecio, tanta esclavitud dibujada intencionalmente, tanta miseria perfectamente diseñada. Y entonces uno va y cree en la utopía porque intuye que existen las estrellas y que hay una luna testigo del deseo y una brisa capaz de acariciar los cuerpos cuando el amor recorre las almohadas. Y entonces vienen los “prácticos” y te echan en cara tu utopía y te dicen que con ella no se come, ni se mueve la silla de ruedas, ni se hacen carne las caricias. Y uno pone en duda la alegría, el futuro, la derrota de la pena y el triunfo de la luz.

Estamos hundidos en corrupción. Pero la describimos de forma excesivamente restrictiva. La reducimos casi exclusivamente a la apropiación indebida de dinero público. Y duele porque esa apropiación resta posibilidades de bienestar a la ciudadanía. Conscientes de que nuestro aporte impositivo es la fuente principal del bienestar ciudadano, atenta contra ese bienestar todo aquel que desvía el dinero aportado por todos y  lo disfruta como de su propiedad. Ladrón y corrupto de la sociedad todo aquel que rebosa placer con lo que no es suyo mediante la usurpación de lo ajeno. Corrupto por tanto, con toda la gravedad del término y digno del castigo que debe entrañar el robo a la totalidad ciudadana.

Comprendo, pese a la acusación que recibo de teórico, que el dinero es importante. Pero defiendo que no es lo más importante. Por ahí andan los mandamientos que se suponen defendidos y observados por nuestra élite gobernante y frecuentemente proclamada como católica, apostólica y  romana. Pero parece ser que la mentira ha sido omitida del cumplimiento cuando se promete o jura “por mi conciencia y honor cumplir y hacer cumplir la Constitución”  Y se hacen promesas falsas a sabiendas de su falsedad con el propósito explícito de mentir y canjear la mentira por votos. Y después de haber sido elegidos, se trafica con la mentira sin importar si sus efectos son mortales para quienes votaron y dieron su confianza a un partido político. Mentir parece que forma parte del quehacer político y que es asumido por parte de gobernantes y electores como una cualidad de quien miente. Se oye decir que Esperanza Aguirre es una gran política, una política con instinto, con olfato suficiente como para que consiga sus metas aunque sea mintiendo. ¿Cómo se puede admitir este binomio si no es por alguien igualmente corrupto? 

Esa podredumbre de la Púnica o de la Gürtel nace en el ámbito de una comunidad. La presidenta de esa comunidad está rodeada de gente de su mayor confianza que son a la vez los fundadores de la trama Púnica. Y ella, la presidenta-política-por-excelencia no es consciente de su existencia porque no ha percibido ningún signo de anormalidad en las personas de su máxima confianza. Ella siente vergüenza, se abochorna, no elude su responsabilidad en el nombramiento de esos cargos. Encuentra una enorme riqueza de vocabulario para describir el sonrojo que le producen esos sujetos sobre los que exige que caiga la justicia con todo su peso, pero sigue afirmando que no debe cambiar su rumbo político porque nunca sospechó ni pudo imaginar lo que sucedía con aquellos individuos que la besaban, le regalaban los oídos, la condecoraban y la llenaban de  halagos. Ella se mira cada noche al espejo y recita el “bendita sea tu pureza…”  Y hasta se siente víctima de esos ladrones que están crucificados a su derecha e izquierda.

Casi nadie tacha de corrupción esta forma descarada de mentir. Nadie insta a cumplir desde el propio partido devoto de la Blanca Paloma de Báñez o de las condecoradas vírgenes de Jorge Fernández Díez a confesar la verdad. Muy por el contrario, se forma una alianza de corruptos que amparan la mentira y la disfrazan de legítima defensa.

El dinero es importante. La palabra, en cuyo vientre se fecunda la democracia y a cuyos pechos se amamanta, es mucho más importante que el dinero. ¿Por qué entonces damos tanta importancia al robo de la riqueza y ninguna al tiro en la nuca de la palabra?

A lo mejor esa defensa queda sólo para los utópicos.



jueves, 6 de agosto de 2015

NO HAY CENTROS


No hay centros.
Nada es absolutamente redondo.
Sólo son esféricas las lágrimas,
pero no tienen centro.
Se inhiben del eje axial
para acomodar su postura
al embrión del dolor.
La circunferencia es una forma de existencia
que sólo corresponde a las rosas.
Lo humano es alargado
como ríos imposibles de comprender su raíz.
Tú y yo somos avenidas
sin horizontes al final,
incapaces de regresar sobre nuestros pasos
para amar el ayer.
No sé si somos mañana,
pero me consta que no hay centros
para girar sobre nosotros mismos.
El corazón es sólo una entraña
cargada de nostalgia,
un depósito de cicatrices,
de coágulos abandonados,
de olvidos olvidados,
sin referencia,

descentrados.