martes, 30 de junio de 2015

NACI EN TI


Nací de tu palabra,
del vientre limpio de tu boca.
Broté del aliento
que empaña tu luna,
de la lluvia que toca
el brocal de las caricias.
Soy carne de tu voz,
hueso de tus amapolas interinas,
médula de tu olvido si me olvidas,
sangre de tu calle más íntima.
Nací de tu cintura
donde guardas los mares y los vientos,
los jardines perdidos
de un paraíso irredento.
Nací de tus pechos,
de las fuentes que alimentan los ríos,
donde crecen los montes,
la infinita cordillera de tu espalda.
Piel de tu piel mi piel
por si la vida escribe su poema
y la ata con las venas azules
como una larga tristeza de horizontes.
En ti quiero morir como mueren
los atardeceres cansados de dormir en malecones,
como esas estrellas que se doblan
sobre un cansancio de primaveras negras.
En tu tierra mi tierra,
barro de tu barro,
alfarera de besos y de llantos,

orfebre de gritos y sonrisas.

lunes, 29 de junio de 2015

GEISER




Dejando por el camino árboles, ríos, montes. Dejar atrás. La vida es dejar atrás, incluso la memoria, la piel, la carne guardada en la distancia, enterrada en el ayer, como abono de rosas, de jazmines, de claveles.

Caminando hacia ti. Fuiste ayer. Eres hoy. Quiero hacerte mañana. Voy pisando el tiempo, dejando huellas en el viento. No sabré regresar si no me regresas. No sabré encontrarme si no me encuentras.

Llegar. Sentarme en el brocal de tus labios. Cerrar mis ojos para soñarte por dentro. Esperar a que el mundo sea una cosecha de besos. Dedicártelo, como si fuera un poema escrito sobre tu espalda. Una voz, sólo una voz, implorando tu piel, tu vientre, la enredadera azul de tu sexo, un cauce de mar en tus caderas, el abrazo infinito de tus piernas.


Detenido. Contemplando cómo surges de tu nada, cómo te vas haciendo.  Geiser de perfume, tú

domingo, 28 de junio de 2015

A LO MEJOR ES DEMOCRACIA.


La democracia es una plaza grande. Cabe en ella todo el que quiera meter el hombro y hacer de la historia un lugar habitable. Llevamos treinta y tantos años disfrutando de su habitabilidad y sufriendo de la responsabilidad que conlleva. No es cómoda la democracia. Implica una aceptación del otro en cuanto otro. Exige apertura suficiente para creer en los demás y en su voluntad de entrega, de preocupación, de compromiso con la aventura de la comunidad.

La democracia es una consecuencia de la libertad. O su causa, según se mire. Pero sobre todo es por definición una despreocupación por el miedo. Quien convive en el espacio de la democracia es siempre alguien dispuesto a implicarse, nunca un enemigo con ideas de muerte escondidas. La democracia no presupone la carencia de errores, pero descarta siempre el miedo. Miedo y democracia son términos excluyentes. Las dictaduras viven del miedo, las democracias, de la más limpia esperanza como elemento activo de construcción cívica.

Fue por las europeas. Accedieron a Europa nuevos partidos. Algunos quisieron reducir esa aparición a la supresión simple y simplista de la corbata, el traje Emidio Tucci o el lowe. No aceptaron el empuje de ideas nuevas, de renovación ideológica, de ampliación democrática. Enquistados en viejos esquemas, los viejos partidos decidían anclarse en sus antiguas preocupaciones con los argumentos consabidos. Les faltaba espíritu creador y decisión para encarar nuevos problemas. Preferían hacer del parlamento una rutina consistente en echarse en cara los errores pasados y vivir manchados con las perversiones incrustadas en la historia de cada uno.

Pero la comunidad tenía necesidad de nuevas soluciones porque nuevos eran los problemas a los que se enfrentaba. Europa tenía delante cientos de  inmigrantes muertos y amortajados en la espuma del mar. Los que sobrevivían necesitaban soluciones de legalidad porque para Europa no era importante la miseria en la que la propia Europa les había sumido, sino papeles que certificaran una legalidad inventada y que les permitía ser pobres en las coordenadas donde viven mayor número de ricos. Por su parte, Europa tenía hambre, sus ciudadanos perdían libertades, se quedaban sin serenidad en sus puestos de trabajo porque no se buscaba mano de obra digna sino esclavos sometidos al látigo caprichoso de las empresas. Muchos tenían que refugiar sus estómagos en casa de los padres jubilados. Un gran número se quedaba sin vivienda porque había que saciar el estómago insaciable de los bancos. Los enfermos ya no eran pacientes sino mercancía entregada al mejor postor. Crecía el número de millonarios a costa del crecimiento exponencial del número de pobres. Eran nuevos problemas. Pero los partidos se refugiaban en la crisis (nadie le llamaba estafa) y contemplaban esos problemas como consecuencias lógicas derivadas de esa crisis y en consecuencia resultaban inevitables. Conclusión: la ciudadanía se fue alejando de esos partidos, necesitaron vomitarlos porque la izquierda se apartó de los pobres y la derecha se adhirió al poder de los ricos. Y por tanto la inmensa mayoría se sintió abandonada. No se desentendieron de la política. Se apartaron de los políticos por ineficaces, traidores y alentadores de la pobreza.

Fue por las europeas. Vinieron después las autonómicas y las municipales. Los votos buscaron a quienes se presentaban como savia nueva. Y triunfaron. Accedieron a presidentes de autonomías y sillones de alcaldías. Un nuevo estilo emergía entre los muros sacrosantos de los despachos oficiales. Camisas remangadas, pantalones vaqueros, coches oficiales aparcados o vendidos, parafernalia desplazándose en bicicleta, presidente con caña y humilde pincho de tortilla en la barra de una bar. Querían impedir los desahucios, que los niños comieran tres veces al día, que todos disfrutaran de gas y luz cuando el frío se instala en los huesos, que los enfermos no sufrieran la muerte por falta de medicación, que los abuelos sean abuelos y no desecho laboral, que las playas sean propiedad de la totalidad y no de unos pocos.

Los grandes se reunieron y acordaron inyectar miedo. Esos alcaldes y presidentes esconden intenciones destructoras de la democracia, del país, de la constitución, de la economía. Aman a los terrorista porque ellos son terroristas de Isis dispuestos a degollar las instituciones, son delegados de regímenes totalitarios y aspiran a implantarlos en la piel de toro, radicales (prostituyendo la hermosa palabra radical) llenos de odio que nos quieren llevar a una guerra civil e implantar una dictadura política y económica, que desean aislar a España del concierto de las naciones, quemar conventos, violar monjas, fusilar a curas al amanecer.

Miedo. Mucho miedo. Ellos, los grandes partidos, son los únicos salva patrias, los exclusivos poseedores de la historia, los demócratas de toda la vida, los garantes del empleo, el estado de bienestar, el avance ordenado del quehacer histórico.


La ciudadanía exige cambios. No los aceptan los de siempre. No quieren ver que a lo mejor son cosas de la democracia.

sábado, 27 de junio de 2015







A LAS DIEZ MENOS CUARTO



Un muerto está muerto cuando ha perdido la memoria. Ni siquiera se acuerda del ataúd que lo envuelve, del traje absurdo que le colocan a los difuntos. Me he muerto a las diez menos cuarto. A las diez menos cuarto exactamente. Miré la hora en el reloj de mi amante. A lo mejor seguía amando mi cadáver. Pero estaba muerto desde las diez menos cuarto. Era un reloj que medía la cintura del mundo, el tamaño de su busto, sus caderas de aspirante a miss. Un reloj que dictaba a cada uno la hora concreta de su muerte: te vas a morir a las diez menos cuarto. Y aproveché la luna para tapar el sexo desnudo de mi amante, para dejarme llevar para siempre por el tiempo encerrado en su reloj. Ser-en-el-tiempo es eso: andar hacia el olvido hasta que den las diez menos cuarto en el reloj absurdo y oscuro de la nada.




viernes, 26 de junio de 2015

BOCA ARRIBA




Desnuda casi, como el agua de un río. Pechos, muslos, sexo boca arriba. Como los muertos, siempre boca arriba los muertos. Será incómodo para mí que duermo sobre el costado izquierdo. Incómoda ella, la muerte digo, no ella, desnuda casi como el agua de un río. Mujer desnuda en medio de una catedral, piedra-ataúd, ojivas las ingles góticas. Desnuda en mis parihuelas de peregrino hacia la nada, hacia la nada absurda, donde todos seremos incómodos huesos boca arriba

jueves, 25 de junio de 2015

FUE UNA TARDE



Era una tarde cuajada. Maciza de almendros, de yemas de rosas, de tallos azules. El mundo era hermoso como un ramo de lunas. Tomó mi mano izquierda con las suyas y empecé a sentir el contacto con sus ingles al ritmo del caminar. No hice nada por evitarlo. Tampoco ella. Y los dos éramos conscientes de que hasta la brisa lo sabía. Íbamos en silencio porque el silencio es la palabra última después de la última palabra. Su cabeza apoyada en mi brazo y yo apoyado en el pecho de la tarde más hermosa. Me iba bebiendo a tragos la belleza del momento. Hay cosas que son verdad sencillamente porque son bellas, había escrito alguna vez. Y ahora lo experimentaba. Podía apretar su mano como si exprimiera una estrella. Sospechaba sus ingles como trigales negros. Sostenía su cabeza como si alguien me hubiera regalado el mundo.

Sonó el teléfono.
-¿Has pensado alguna vez hacer el amor conmigo? La pregunta me empujó como el cabezazo de una luna llena.
-Sí, le dije.
¿Y por qué no me lo has dicho?

La esperé detrás de la ventana. Apareció por la esquina con los brazos cruzados, apretando sus pechos con una carpeta verde. Aquellos pechos soñados tantas veces, tantas veces imaginados. Andar lento de torito resabiado, que embiste saludando, empitonando la sorpresa por las ingles.

Hicimos el amor con la pasión de un monte, pero con la ternura de quien amamanta el aire. Fue dulce la tarde. Infinita la tarde. Erecta y muscular la tarde. Besos retorcidos como olivos. Besos altos como el mar, breves como el vientre de los jazmines. Cuerpos trabajados de caricias,  derrotados  ríos
horizontales, veniales giraldas de suspiros. Muslos lineales de cipreses largos. Manos intuyendo negras amazonías. Infinita finitud palpada. Caminos peregrinos hacia la cumbre de un sexo tembloroso.


Tal vez allí     toda la vida. Tal vez toda la muerte. Encuentro para siempre. Para siempre distancia. Lo inolvidable se me hace memoria y recuerdo y añoranza infinita.

miércoles, 24 de junio de 2015

A LO MEJOR EN EL MAR






Necesito huir, marchar a no sé dónde. Quedarme sin tierra bajo los pies. Huir de mí, de ti, de la luz y el viento.

Se desnudó y se tiró al agua con la elegancia de un ciprés que se acuesta. Se dejó envolver y se hizo líquida su piel, trasparente su piel, tacto de seda su piel.
Dos pirámides  sus pechos, erguidos como torres, empitonando el agua, abriéndola en dos, dividiéndola a su paso. Abrió sus muslos y el agua se enredó en el vello de su pubis, tocó su sexo con la ternura de quien toca una amapola y la penetró invadiendo su interior para habitarla por dentro como un amor indefinido.


No sé si alguna vez salió del agua. Pero he comprobado que cuando me adentro en el mar, la espuma pronuncia un nombre y las caracolas tienen la memoria de su cuerpo. Tal vez un día la encuentre subida en una ola y entonces nos amaremos para siempre.

martes, 23 de junio de 2015

CUANDO EL SILENCIO



¿Sabes?  Es difícil el silencio. El silencio no es vacío de palabra. Es más bien pronunciar sólo su sombra. Se oculta de noche, pero está porque resucita con el sol. No se había ido. Estaba escondida, como haciendo un mañana. Pero es difícil. Porque uno no se acostumbra a decir te quiero sin acomodar los labios a unas sílabas concretas. Ahora los dejo entreabiertos junto a la almohada esperando que te acerques, me beses y sepas que estaban allí, que te soñaban. 

Y te extraño. Pareces una lejanía. Y me duele la boca de no llamarte, de no gritarte, de no decir tu nombre, aunque tu nombre me ocupe la dimensión del pecho. Difícil el silencio. Porque me dice que no estás. Pero yo sé que estás. Que eres como esas flores que se van cerrando poco a poco con la oscuridad, como para guardarla interiormente, como para arroparla. Y se duermen con la oscuridad dentro. Yo me duermo haciéndote sueño, soñándote sueño, amándote sueño. Acaricio la espalda de tu palabra ausente, sus muslos abiertos para hacerme noche en tu interior. Tu luna callada sin pronunciar mi sexo, pero haciendo del silencio una locura ingobernable, del gemido una anarquía porque nadie evita el deseo, porque desafiamos la gravedad imantada de tus pechos, porque hemos hecho del silencio un nido para cada primavera.

Es difícil el silencio. Te lo dicen mis manos con tu piel guardada entre los dedos, las manos acostumbradas a la enredadera de tu sexo, a tu melena que enfunda la noche y la convierte en cosecha trigal de puro rubia.

Silencio. Tan silencio tú. Yo tan silencio. Y entre tu cuerpo y mi cuerpo sólo un beso de distancia. Silencio como una tapia insalvable, como el celo de un río, como un monte despechado.

Pero estás. Estoy. Somos un horizonte. Salto al vacío. Rompo el silencio y sin decirte te digo, sin tocarte te tengo y aunque no quieras te quiero.


Nos diremos algún día que el silencio fue el testigo de la palabra que nunca nos dijimos.

lunes, 22 de junio de 2015

SIN MI


Sin equipaje.
Desnudo.
Soy un mar con grietas,
pero mar sin mar,
sin sal, sin espuma,
sin arena.
Sin el sudor
que lleva el aire en la frente.
Vacío de mi,
de tiempo,
de existencia.
Sin soporte
donde apoyar una pena.
Sin raíces
para aguantar la alegría,
si la alegría florece.
Con nidos huecos
y pájaros de perfil.
Picos entreabiertos
por si la luna se hace
miguitas de luz
y su calle resucita
las crías dormidas
en sudarios de nostalgia.
Yo sin mi.
Ni siquiera una sombra
donde guardar los recuerdos.
No voy a perseguirme,
no pretendo llegar hasta mi
ni alcanzar mi nombre
para identificarme.
Estoy vacío de mi,
sin equipajes,
desnudo.


domingo, 21 de junio de 2015

MARIANO SE VA AL MERCADILLO


En aquel tiempo había un cuaderno azul. El color no parecía elegido al azar. Aznar lo usaba para apuntes sin mayor importancia. Por ejemplo los nombramientos de ministros, de secretarios de estado, de subsecretarios. Eran asuntos menores porque el milagro, el único milagro era él. Los demás eran adoratrices. Tan es así, que Aznar escribía con el dedo en su cuaderno azul. Y un día anotó con su índice: MARIANO. Sólo puso Mariano, sin apellidos, porque así podía cambiar de opinión sin ni siquiera modificar el nombre.

Mariano se circunscribió definitivamente en Rajoy Grey. Este es mi hijo amado y en él cifro mi alegría. Ya teníamos mesías salvador porque Aznar tenía que dedicarse a la salvación universal del planeta y aprender inglés en los ratos que dejaran libres las guerras programadas y las conferencias de estadista urbi et orbi que redimirían al mundo.

Mariano se presentó a las elecciones y las perdió. Aznar entonces comenzó a  mirarlo con ojos de buitre en los congresos y terminó por esquivarlo sin ni siquiera guardar la cortesía que merece un hijo amado convertido en hijastro. Mariano ya no era lo que había sido, aunque nunca había sido nada frente a los hilillos de plastilina del Prestige. Había rotado por diversos ministerios, pero sin pena ni gloria. Sólo se le recordaba porque su barba iba blanqueando, se iba haciendo más viejo.

Mariano ganó las elecciones. Y lo llevaron en silla gestatoria hasta Moncloa. Le dio un corte de mangas (otros dicen peineta copiada de su amigo Bárcenas) a su padrastro y empezó (eso nos aseguró) a presionar a Europa. Le sorprendió que el país estuviera tan mal. Despistado como era, se le había ido el tiempo de oposición en leer el Marca y no se había percatado que el país no existía. Estaba mal la sanidad, la educación, la dependencia, las pensiones, el paro. Y sobre todo la banca. Zapatero había hundido el país Y mariano y Cospedal y Floriano y Soraya sin enterarse. Y Aguirre primera de Madrid y quinta de cazatalentos sin darse cuenta de nada. Rajoy tuteaba a la troika, Merkel era una amante, Europa se postraba a sus pies. Y Rajoy, sin que nadie se lo impusiera, porque él era soberano, hizo una reforma laboral que crujió la relación empleado empleador, volcó grandes cantidades de dinero en las cajas de ahorro, no se preocupó de los desahucios, permitió que sus dirigentes autonómicos entregaran a empresas privadas la sanidad, autorizó a Wert a dejar sin enseñanza al pobrerío, cortó el suministro a la dependencia, incumplió sus promesas electorales, y sobre todo no atajó con fuerza la corrupción que crecía a su lado sin prestarle la más mínima atención y permitiendo que sus colaboradores en las distintas autonomías hicieran la vista gorda ante los robos de sus políticos más cercanos.

Las últimas elecciones a alcaldías y autonomías tiraron por el suelo al Partido Popular. La sociedad estaba pidiendo nuevos estilos. Rajoy no supo ver que los ciudadanos querían una regeneración consistente en nuevas directrices políticas y pensó que lo que deseaban era un ramillete de caras nuevas. La ciudadanía no pretendía cambiar unas caras por otras, sino que exigía un vuelco ideológico que tuviera en cuenta el abismo que bajo este gobierno se había abierto entre ricos y pobres en el que la crisis ha servido para que aumente considerablemente el número de millonarios a costa de que suba exponencialmente el número de pobres.

Pero Rajoy estaba ensayando ante sus asesores la canción de su economía creciente para el bienestar de todos. Y la economía era la morena que pisaba con garbo, que voy a hacerte un relicario con el trocito de mi crecimiento…Y desde el palco con habanos de Cuba hasta el tendido sufriente de sol, todos aplaudían. Y él era casi milagro, como el del cuaderno azul, su padre putativo, el emperador que habla inglés como moneda mercantil. En un descanso se fue al mercadillo. Encontró a un imputado (no le fue difícil), a un muchacho que despreciaba los huesos triturados por las dictaduras y que ahora estrenaba sonrisa y dentadura, a un motero que sabía llevar la maleta hasta Bruselas y poco más. El del mercadillo le regaló dos o tres caras más, con el lifting recién hecho y Mariano le pidió que se lo envolviera todo en papel de regeneración. Se lo enseñó a los ciudadanos a través de un plasma de segunda o tercera mano y se durmió tranquilo. Los votantes se olvidarían del peligro de los chavistas, de las camisas de Alcampo, de las chicas que enseñan sus tetas en una capilla y le aclamarían por los siglos de los siglos.

No hay nada como un mercadillo, pensó. Basta con ir al rastro y las elecciones se ganan con votantes de orden y gente sumisa como dios manda.


sábado, 20 de junio de 2015

ERES AZUL


Eres azul.
Azules tus pasillos interiores
y el aire que cuelga de tus ojos.
Tienes jardines azules
brotándote en la sangre.
Fue azul el beso último
de aquella tarde desnuda,
cuando me indicaste la ruta
que me internaba  en la luna
de tu vientre.
La tejías y destejías
cada noche,
Penélope de piel tu voz
convirtiendo el perfume
en hechura de luz
para deshacerlo
en el beso siguiente.
Te traigo, como entonces,
un ramo de palomas,
un grito sin eco,
azuladamente triste
como el último toque
de tu aliento,
de tus labios entreabiertos.
con el azul del cielo de tu boca
al fondo de ti,

donde nunca terminas.
OLVIDANDO


Debo olvidar poco a poco tu cintura,
la humedad de tu hierba genital,
la desembocadura de tu cuerpo
en el mar de mi piel precipitada.
Voy guardando los ríos que sobraron
aquella noche de gemidos,
cuando el llanto era un grito
que impedía la huida de mi sexo,
cuando tú te aferrabas a mi espalda
y arañabas los besos hasta sangrar ternura.
Me rebelo contra la distancia
que me impone la luna,
que me exige este amanecer colgado en la ventana.
No comprendo mi carne sin tu carne.
No renuncio a mi cuerpo diluido en tu cuerpo.
No admito los surcos de tus ingles
sin el trigo injertado de mi savia.
Tengo que ir olvidando poco a poco
la hondura de tu boca
donde nacen los besos que lubrican
el laberinto azul de nuestras lenguas.
No sé por qué la muerte es un olvido,
ruptura pactada, abandono consciente
de las coordenadas que describen
la plaza donde tú y yo nos vivimos.
Me duele el camino que se rompe
en pedazos de distancia
para que nos quedemos sin memoria,
para archivar la dirección de tus ojos
y no sepa regresar hasta tu vientre.
Pregunto por mí mismo y no tengo respuesta.
Me han vencido el olvido, la ausencia,

y el camino tronchado como un río.

jueves, 18 de junio de 2015

NO HAY LUZ


No hay luz.
Apagado tu nombre,
tu sexo en penumbra
para prohibir el eco
genital del grito.
No hay luz.
La carne opaca
no tiene caminos
que lleguen a tu boca,
a tu cintura líquida
de río entre los montes
azules de tus pechos.
No hay luz
para cargar este rayo
y hacerlo tormenta
que resuene en tu vientre,
en los ojos de tu vientre aterido
de fronteras.
Ignoro si existo
porque no sé si existes.
Aspiro tan sólo
a pronunciar los besos
que configuran tu nombre
de pie sobre tu cuerpo.


miércoles, 17 de junio de 2015

SEDUCCION


Tendría seis o siete años. Tardaba en aparecer por el salón. Lo sorprendimos planchándose una camisa por la que sentía especial predilección. ¿Qué haces, chavalín? Estoy tratando de planchar esta camisa. He quedado con una chica a las seis.

Se me hizo agua el alma. Me acordé de aquellas citas con la niña Rosa. Jugábamos a los médicos. A ella le dolía el vientre y uno, médico precoz, lo auscultaba para devolverle su tersura. Olía a jazmines la sonrisa de Rosa.

Seducir igual a embargar con suavidad, atraer con dulzura. Un verbo cargado de hermosura y una actitud, la de quien seduce, plena de contenido humano.

Manuela Carmena es la reciente alcaldesa de Madrid. Cuando le quisieron entregar el bastón de mando, lo apartó cortésmente. Ella no ha venido a organizar la vida de los madrileños a base de leyes, de prohibiciones, de sanciones recaudatorias. No quiere un Madrid a sus pies. Prefiere tenerlo entre sus manos, vestirlo de soluciones, brindarle oportunidades, llevarlo a su intimidad. Quiere que los niños no pasen hambre, que se cumplan los derechos a una vivienda digna, que los desahucios se frenen, que los desesperanzados se llenen de esperanza, que los angustiados por el mañana tengan futuro, que los parados vislumbren una salida digna, que el pan se reparta con equidad, que la vida resulte atractiva y deje de ser una mueca dura y amarga. No necesita bastón de mando. Le basta con darle contenido a la sonrisa, a la cercanía, a la proximidad y seducir como una amante.

Si nadie lo toma a mal, diría que Manuela es un Platero de Juan Ramón. Está hecha de algodón y ternura. Eso no significa que no sea capaz de soportar los problemas graves, muy graves, que tiene Madrid. La seducción incluye también asumir los defectos del otro y convertirlos, mediante la sensibilidad, en   belleza.

De esa actitud desconfían los llamados políticos “prácticos”  Y ahí los tienen. Agazapados. A la espera rabiosa y malintencionada de quien espera con ansia desmedida un fallo en las promesas, un incumplimiento de prpgrama, un fallo que resulta ser imperdonable o una elección más o menos aconsejable. Su portavoz, Rita Maestre, enseñó sus pechos en un acto de reivindicación de la aconfesionalidad de la universidad. Y los Indas, los Rojos, los Miguel Angel Rodríguez, los Marhuendas gritan la pureza de España como reserva de los valores de occidente y la apedrean en la plaza pública como si un canal de televisión fuera una plaza iraní donde se tiene el derecho detestable de enterrar a la adúltera o a la que se ha atrevido a conducir sin permiso marital. Los defensores de la civilización cristiana se olvidan de los fabricantes de la miseria porque es la única solución para salir de la crisis, pero farisaicamente se escandalizan de la pureza de unos pechos-protesta.

El ministro del Interior, con un furor impropio de un alma consagrada a Dios mediante Escrivá de Balaguer, pisotea sin piedad a un muchacho llamado Zapata por unas frases publicadas en las redes sociales. Todos, con un mínimo de sensibilidad, hemos tirado la piedra correspondiente contra él. Yo soy responsable de la mía. Pero de ahí a inhabilitar vitaliciamente a ese concejal hay un abismo. La sociedad debe creer en la petición de perdón de los etarras arrepentidos por coherencia social y para demostrar que los demócratas no somos iguales que los asesinos. Pero se ha comprobado que unas frases indecentes, y por las cuales se ha pedido mil veces perdón, no merecen la condescendencia ciudadana.

Si somos sinceros, tenemos que confesar que hay muchos que se alegran de que Manuela no consiga dar de comer a los niños hambrientos, que no pueda evitar los desahucios porque el gobierno central acuda a los tribunales y estos se pongan del lado de los bancos, que no pueda formar cooperativas de padres y madres que limpien los colegios en lugar de empresas profesionales, de que los concejales de distrito sean obstinadamente llamados soviets, de que Manuela tenga que renunciar al metro y a la bicicleta porque eso le quita categoría, porque fracase en su diálogo con la ciudadanía porque los políticos no son amigos de las palabras, sino fabricantes mayoristas de leyes mordazas. Muchos se alegrarían de que Manuela pase a ser la Alcaldesa Carmena porque los humos se le hayan subido a la cabeza como está mandado. Muchos se alegrarían de que la seducción fuera respondida con calabazas y la sonrisa tierna de esta mujer de setenta y un año se convirtiera en un rictus de amargura y desengaño.


A muchos les molesta Manuela. A muchos les repugna la seducción. A muchos le repele la ternura. 

martes, 16 de junio de 2015

¿DONDE ESTA DIOS?



Dios no está al fondo de la nada.
No está detrás de la grieta negra de la muerte.
Dios no figura en los dolores clasificados en ese vademécum
que nos entregan en el quirófano donde nace la angustia
cuando nos atrevemos a alimentarnos de sombras.
Dios no tiene el volumen del viento,
el relieve del perfume
que emanan las lunas entre los rosales.
Araño la piel de la piedra,
rompo las venas del mármol,
retuerzo los árboles de fuego
y no está dios.
Pregunto a las madres que dan a luz las guerras,
al amor de las novias desnudas que clavan bayonetas
entre sus piernas fecundas,
que engendran minas entre los jazmines que ocultan
los huesos tirados en cunetas.
No está dentro del grito que saja la noche,
que abre en dos la carne de los mares.
Dios sólo está donde el vacío se llena de vacío
porque es absoluto.
Dios no es respuesta,
es  pregunta del hombre sobre sí mismo.
Dios es el silencio de plomo
oscuro y gris.
Dios es el colmillo
hincado en los ijares del ser
para que cabalguemos
a la velocidad que nos lleva al desgarro de las sombras.
No lo encuentro.
Me niego a dejarme las uñas desbrozando
los ríos de acero y de cenizas.
Quiero masticar la sola soledad
agria como una ausencia,
como un fruto hueco
porque dios no está dentro,
porque dios se ha suicidado

colgado de la finitud del tiempo
EL SABOR DE LAS LAGRIMAS




No olvides nunca el llanto.
Se necesitan lágrimas calientes
por  los niños aprendices de la guerra,
por las mujeres enterradas sin besos,
por la palabra fusilada contra un muro.
No olvides nunca el llanto
por los muertos sin pan,
por los seres tronchados para siempre
con las minas sembradas en los campos
para convertir los seres rotos
en billetes oscuros del confort.
No olvides nunca el llanto
por los viejos sobrantes de este mundo,
por el futuro hueco del mañana
vacío de esperanzas y de sonrisas,
por los vientre hinchados de nostalgia,
por el tiempo pisado en las bodegas,
exprimido como uvas vacías.
No olvides nunca el llanto
por  cárceles de hierro retorcido
donde no están los que rompen el mundo
para invertirlo en los bancos de la usura.
No olvides nunca el llanto
que sostiene los gritos,
 columnas de las penas,
 amargura de  soledad tan sola,
de las muertes que nunca amortizaron la existencia.
Ahí os dejo mi llanto,
lápida que me aplasta.
No me piseis las lágrimas
porque duelen los huesos estrellados,
el cerebro del agua,

el esqueleto huérfanos de besos y de carne.

lunes, 15 de junio de 2015

BASTON DE MANDO


Dicen los entendidos que el bastón de mando es una evolución del cetro que se entregaba como signo de poder al hombre (hay en esta representación un símbolo de poder sexual como en los monolitos) y como signo de su autoridad. Del neolítico hablan. De un entonces cuando la obediencia de una mayoría respondía al ansia de mando de unos pocos. Y de esos pocos surgía el dominio de alguien sobre la totalidad.

Hace poco estrenábamos ayuntamientos. El neolítico se llama dos mil quince. La antigua antigüedad se hace actualidad actual. El mundo mira su reloj y pone en hora el tiempo. La democracia se viste de Tucci y destierra las pieles del hombre cazador. Y en nuestras manos una papeleta de libertad que confiere  el poder a alguien no necesariamente con genitales masculinos, aunque son todavía mayoría los que gobiernan cargados de testosterona. Pero la historia empuja, y los varones hacen sitio a la mujer porque proclamamos falsamente la igualdad de los géneros y la capacidad de gobierno del sexo que ha dejado de ser débil.

Hoy las monarquías siguen ostentando un cetro. Hoy ostentan un bastón de mando los regidores elegidos para nuestros ayuntamientos. Dicen los políticos que ellos son servidores del pueblo, pero siguen recibiendo ese servicio mediante el significativo “bastón de mando”  Aquí radica la contradicción: servicio y mando no encajan entre sí. Y lo que en principio es servicio se convierte acto seguido en mando.

Los que en estas últimas fechas han dejado su puesto de regidores populares han hecho de su período de tiempo, no un tiempo de servicio dialogante con los pueblos, sino un período de estricto mando. Y no hablo de corrompidos ni corruptores. Hablo de un gasto de dinero público que ha dejado sin recursos a sus ayuntamientos para muchos años. Construcciones  a mayor honra del mandante, pero sin beneficio alguno para sus ciudades. Aeropuertos, residencias de ancianos, polideportivos, decoraciones de dudoso gusto…Y todo con un dinero sudado por un pueblo que con frecuencia no necesitaba de esos servicios, pero que el regidor construía para poner la placa de inauguración con su nombre para la historia.

Y ahora vienen los elegidos y encuentran que el dinero aportado por los ciudadanos ha sido empleado en construcciones para mayor gloria del gobernante saliente. Y los nuevos alcaldes se encuentran sin recursos para niños con hambre, para familias sin solución habitacional, para colegios sin calefacción, para comedores sociales.

Pero ahora a nadie se le pueden pedir cuentas. Ese puesto que era servicio público se ha convertido en realidad en mando en virtud de un bastón que conlleva un sometimiento de todos a la voluntad del regidor. En absoluto se ha consultado con el pueblo la conveniencia de gastar millones en granito para cruceiros o sobre la necesidad de un polideportivo o una residencia de ancianos. Y a posteriori no se puede redimir la falta de diálogo porque se invoca el bastón de mando y en su posesión incluye la voluntad soberana de quien lo ostenta. Desde el neolítico al siglo XXI el poder tiende a ser tiránico y excluyente. La dictadura siempre ronda el sillón presidencial delante del cual figura el bastón de mando como amenaza. Los políticos camuflan su voluntad de servicio en el orgullo del mando. La democracia sigue estando erecta en ese símbolo de opresión. Y de ahí las leyes mordazas, las prohibiciones de manifestaciones, las amenazas a la libertad de expresión, la condena de posturas que quieran plantear una realidad de servicio. El orden establecido es el dios supremo de esta religión oligárquica disfrazada de libertad de elección. Todo lo que sea apartarse de ese orden establecido está siendo condenado por leyes que ahogan la iniciativa individual y grupal de quien se rebele contra unas tablas de la ley inscritas en mármol irrompible y sagrado.


Ahí está el bastón de mando, capaz de dejar huellas en las espaldas de los pueblos, en los ijares de la historia.

domingo, 14 de junio de 2015

HABLARE CONMIGO

Alguna vez tendré que quedar conmigo mismo,
sentarme a mi lado y preguntarme,
hablar como dos viejos amigos,
o dos desconocidos.
Tendré que citarme en una esquina cualquiera,
donde termina el mundo,
en la casa de un río,
en la calle de una mar,
en el brocal de una luna.
Me presentaré con las manos abiertas,
diáfanas como una noche de mayo,
como un trigal a punto de amapolas
y me recibiré como si siempre,
como si nunca
nos hubiéramos visto.
Nos beberemos el tiempo
como un vino afrutado
con sabor a esa madera donde madura
y cumple tiempo para hacerse beso
en el cielo de una boca.
Escucharé las respuestas
a las preguntas ahogadas
por el miedo,
la angustia,
por el temblor que produce
saber del amor, de la muerte,
del grito de la carne,
el aullido de la piel,
el gemir genital,
cuando se trenzan las piernas
y las lenguas perfilan con saliva
los labios del otro
y hacen brillante el barro
de los pechos, del vientre,
del sexo infinito.
Indagaré en la hondura Dios,
aunque Dios no es respuesta,
sino una pregunta del hombre sobre si mismo.
Me preguntaré por ti,
por ti,  que no existes,
por ti, a quien doy forma todos los días,
porque eres mi creación
y te he hecho tan palpable
que conozco tu boca, tus besos,
tu tacto,
tu cuerpo acostado en mi cuerpo
siendo uno en uno
porque la suma es fusión, fusión sólo.
Me preguntaré por la muerte,
esa grieta infinita,
sin un sentido al fondo
con el absurdo del tiempo
suicidándose en la nada.
Quiero despedirme de mi mismo.
Sólo tengo respuestas amargas.
No merece la pena seguir esta conversación
con alguien a quien no conozco,
a quien no vale la pena haber amado.



viernes, 12 de junio de 2015

TU PELO



Tengo que aprender a conjugar tu pelo,
tu nuevo tiempo rubio,
el líquido pelo que cobija
la decisión austera de ser tú.
Quiero aprender a andar
los nuevos caminos de tus ríos,
las pupilas azules escondidas
custodiando una luna entrecortada.
Ayer fue otro tiempo,
cuando olvidé mis manos
entre la yedra dormida
mientras la noche ponía
mis dedos entre tus pechos.
Se hicieron hombres los ríos
por tu geografía de amapolas,
indagando la nuca exacta
para dejar los labios
mojando las raíces de tu cuello,
el trigal de tu pelo recortado.
Tengo que aprender a conjugarte,
a descifrar la ecuación
de tu palabra enlazada
a la estrategia de saberte.
Te extraño.
Me pareces ajena a ti misma
pero eres porque necesito
tu eternidad de ayer
cuando aprendí de memoria

la memoria de tu pelo.

jueves, 11 de junio de 2015

RAJOY PERDIO LA NIÑA


No he sido fiel al título primitivo. Yo quería decir que Rajoy ha sufrido un aborto, pero me resultaba raro porque me da la impresión que al presidente se le ha retirado la regla, es decir, que ha perdido el norte de sus promesas electorales, que ha dejado pasar el tiempo, que el estrés del FMI, de los rescates, las privatizaciones, los bancos que han chupado la sangre del país, la reforma laboral, Bárcenas como resumen de una corrupción global, que Floriano, Cospedal, Valencia, Púnica, Aguirre, sobres, etc. no le han permitido dedicarse en cuerpo y alma al ciclismo, a la roja (vaya nombre), al Marca. Y todo eso ha hecho que pierda a la niña que llevaba en su vientre cuando la campaña, cuando las chuches, cuando Pons prometía, cuando todavía no había tomado conciencia de la herencia que se le venía encima, cuando aspiraba a gobernar sin tener idea de cómo estaba el país y se tuvo que enterar después por un telediario de Intereconomía. Y Rajoy perdió aquella niña a la que quería dar un futuro con educación gratuita, con una sanidad universal, una dependencia ayudada, un trabajo digno porque los empresarios se dignificarían y aportarían seriedad a los trabajadores con salarios acordes, con despidos que duelen menos porque las indemnizaciones tendría el carácter de dos voluntades que se encuentran y llegan a acuerdos con un abrazo. Porque en su campaña prometió devolvernos la alegría que nos había robado el pérfido leonés cuya mujer se llamaba Sonsoles y (habrase visto cosa igual) cantaba en un coro de ópera o cosa por el estilo.

Rajoy abortó a aquella niña que le había tocado en una tómbola ferial y con ella había expulsado de sus cuidados maternales a millares de criaturas. Y fruto de aquella mala gestación, hay medio millón de niños con los estómagos vacíos. Se acabó el curso escolar. Los comedores se van de vacaciones. Los padres están en la cola del paro como si de un concierto de Malú se tratara y los niños andan abandonados, con las barrigas hinchadas, buscando cáscaras de plátanos en los contenedores o sorbiendo un flan-basura pasado de fecha, desechado por los grandes almacenes.

Rajoy decidió que los bancos tenían más derechos a llenar sus barrigas insaciables. Pensó que los empresarios necesitaban despedir sin mayores argumentos. Los despidos hay que hacerlos, no razonarlos. Y se fabricaron millones de parados con las consecuencias que entrañan: desahucios, desesperación, pérdida de ayudas, hambre. Con aquella niña le chorrearon miles de niños que bebían leche aguada, que comían un bocadillo sin nada dentro, que ni el chocolate de tierra ni la mortadela posbélicos cuando Franco triunfó e inventó la cartilla de racionamiento con un litro de aceite, azúcar moreno y pan negro.

Por ahí andan las ONG pidiendo por las puertas de la renta, en las pantallas de los televisores, en los medios radiofónicos. Los bancos de alimentos (no me gusta lo de bancos, suena a blasfemia) Caritas, gente preocupada por la infancia. Por ahí andan las madres, preñadas de llanto, pidiendo un plato de fideos, de lentejas, de judías verdes. Guardando la tortilla francesa para la noche, para que el niño cene algo recalentado después de jugar con una pelota de trapo como cuando nos aplastaba el general de todo.

Medio millón de niños. Cuando ya nos hemos recuperado económicamente, cuando creamos cuatro puesto de trabajo por minuto, cuando los evasores han abonado una miseria para alcanzar la indulgencia plenaria de Montoro, cuando ya nadie habla del paro, cuando el FMI pide que rebajemos los sueldos, las pensiones, la inversión (no el gasto) en sanidad y educación, cuando los empresario piden pagar en especies una parte del mísero sueldo interprofesional, cuando exigen más libertad para despedir, cuando preconizan que los sueldos tienen que bajar porque el chantaje de lo tomas o hay otros que lo harán, cuando más cornás da el hambre.

Medio millón de niños. Un país envidia del mundo por su crecimiento, modelo de recuperación económica, con una cosecha espléndida de ladrones por metro cuadrado, cuando los políticos mienten con un cinismo digno de actores consumados, donde el PIB, la prima de riesgo, las exportaciones son mirados por el resto de naciones como modelo de todo.

Medio millón de niños, con la melodía siniestra de tripas vacías, con sopas aguadas porque no da para más la pensión del abuelo, con mantequilla caducada de contenedores. ¿O es falsa toda esta realidad? ¿Son populismos de la izquierda radical, demagogia  bolivariana, visiones irreales de la realidad?
¿O será populismo decir que el estado de bienestar funciona como nunca, que a nadie le preocupa el paro, que no hay desahucios, que no hay contratos por horas, por días, por semana? ¿Será falso que han bajado los salarios, que los contratos son todos indefinidos, que no hay listas de espera, que no hay un niño sin comida?


A Rajoy se le han perdido una niña acompañada del hambre de medio millón de chavales sin futuro. Una sangría sin coagulante que la contenga.

miércoles, 10 de junio de 2015

CAMINANDO


Si pregunto por un camino,
por una calle,
por un río,
por el mar que olvidé aquella tarde.
¿Sabes? Se puede olvidar un mar
como quien pierde un paraguas
y sólo te das cuenta
cuando se deshidratan los labios
y duelen los besos.
Preguntas entonces
por el camino,
por la calle,
por el río,
por el mar sobre todo
porque viene a tu boca otra boca
y es urgente llamar a los besos por su nombre.
Por el camino,
por la calle,
por el río
vienes tú
buscando el mar
que olvidaste en el cielo de mi boca.
Vamos a recuperar la memoria de la espuma,
a mojar aquel último abrazo,
la ternura de los cuerpos,
la humedad que desliza la piel en la piel
y que sienta la arena la invasión de las olas.
Si pregunto,
por ti pregunto
y no acepto más respuestas que tú.
¿Sabes? No admito que seas el mar
que se olvida como quien pierde un paraguas.
Sólo por ti me afinco en la vida
como respuesta última

de un mar recuperado

martes, 9 de junio de 2015

ESTE AMOR QUE NO SOMOS



Somos un logaritmo,
una ecuación de lunas,
líquida luz el amor.
Relámpago eléctrico somos,
golpe de fuego.
El beso una corriente,
una simple corriente que germina
en la lámpara acoplada
por las manos antiguas
de algún viejo artesano.
El amor un magnetismo
entre piernas y labios,
tan sólo un magnetismo
que se olvida
en una esquina cualquiera.
El abrazo un imán,
una atracción de polos.
Metálico el roce de los cuerpos,
la fusión de la carne.
Después se apaga el viento,
se estabiliza el mar,
el tacto se oscurece
y vuelven al reposo
las lunas y los árboles.
Porque el amor es sólo una descarga
de luz y dopamina.
Enjuague cerebral,
higiene glandular.
Porque no hay misterio en el misterio
de los ojos y la risa.
El cariño está sobrepasado
por la ciencia sabia de los sabios.
No podemos querernos,
porque somos sólo logaritmos,

ecuación de lunas deslunadas.
AMO LA SOLEDAD




Amo la soledad.
La piel que la envuelve,
su carne de barro,
su sangre de mar domesticado.
Amo la soledad,
su desnudez,
los pájaros que cuelgan de sus ojos,
la arboleda de sus ingles,
la arena sin huellas de su vientre.
Amo la soledad,
la tormenta silente de sus venas,
los gemidos de sus lunas entreabiertas,
las lluvias esperadas,
las cosechas de peces de colores,
las luces interiores
de sus salones de gala,
de sus balcones con aires apoyados
para beberse los pájaros del viento.
Amo la soledad,
su sombra dibujada,
persiguiendo tus piernas,
tu cintura,
tus pechos de limón y yerba buena.
Amo la soledad
tierna como un trigal de algodón,
líquida como un río boca arriba,
desnuda como tú en las noches
azules de primavera.
Amo la soledad
porque se llama como tú,

porque eres tú