viernes, 31 de octubre de 2014

TU NOCHE




Pregunto por la noche,
por la luna clavada en el cielo de tu boca.
Por la noche pregunto
nacida en la pradera de tu vientre.
Viene del sur,
donde los ríos son cuerpos de madera
en el oscuro bosque de tus piernas.
Porque la noche existe,
pregunto y me responde tu piel
que se fue anocheciendo
en el desorden de mis manos.
No te quiero madrugada
porque se marchan las lunas
y dejan huellas de ausencia
en el hueco de mi almohada.
Noche te quiero.
Sin respuesta te busco
porque las respuestas rompen el misterio
y disuelven el mundo planetario de tus pechos.
Atardecer te hago
hasta sentirte noche horizontal
llamando el oleaje

de mi cuerpo hundido en ti.

jueves, 30 de octubre de 2014

ALIENTO



Vamos a tocarnos el aliento
con estos labios recién hechos,
con besos creados
para tu boca concreta.
Vamos a rozarnos la piel,
a divisar tu silueta dibujada
como un arco iris
de lluvia fundida con el sol.
Quiero nombrarte,
llamarte encuentro,
y acariciarte los ojos
como quien descubre el infinito.
Pretendo la palabra
a tu palabra abrazada.
Pero no me pronuncias
y escuece el silencio,
y cuando digo tu cuerpo
hay una sombra infinita,
quieta, escondida
para que no toque tu aliento.
Busco las señas de tus manos
en el  desorden de los armarios.
A lo mejor no existes
porque no está el perfume de tus ingles
en la cama enamorada,
A  la almohada le duele
el hueco de tu nuca
y tu pelo olvidado.
Quiero andarte el aliento,
descalzo para no lastimar
las huellas grabadas en la ausencia.
 Moldear tu aliento
como cuando hacíamos besos artesanos
y pegábamos las astillas de las lenguas
con saliva bendita.
Como cuando creábamos tu aliento
y el mundo adquiría el sentido necesario
para seguir siendo mundo.
Quiero encontrar tu aliento
y llevármelo allí,
donde el recuerdo

es tan sólo recuerdo.

miércoles, 29 de octubre de 2014

EL PACTO FELIZ



Partido Popular y Socialistas andan buscándose los labios. Tienen sus disputas, sus arrebatos, sus enfrentamientos. Pero en el fondo se aman, se necesitan, se buscan porque no saben vivir el uno sin el otro. Y desean la reconciliación porque la soledad de la cama es dura, insoportable, cuando se ha experimentado la dulzura del calor mutuo en las noches de invierno. Cuando se enfrían los pies porque Bárcenas, Granados, Aceves. Porque los eres, porque los sindicatos, porque algunos alcaldes. Y consuela llorar juntos, intercambiar las desgracias, constatar que polvo somos y en ser polvo perseveramos.

Y eso es el pacto anti corrupción. Un acercamiento para conseguir disimular los propios pecados, esconder los pechos de la propia prostitución, los fluidos del amor interruptus. Llegado el momento siempre habrá un pacto en el que guarecerse si arrecia el agua en la calle, si llueve el descontento, si el griterío del pueblo atruena los oídos. Siempre podremos exhibir un pacto que es como un escondite para jugar al veo veo sin decir por qué letrita empieza el derrumbe de esos grandes partidos.

Un pacto anticorrupción. Una legislación que prohíba robar el dinero de los ciudadanos, asaltar la hucha donde guardamos nuestros ahorros domingueros, los resultados de las privaciones diarias, las ansias de vivir por encima de nuestras posibilidades, el deseo de tener un techo y un coche para ir algún fin de semana a Cullera. Se firma el pacto con la solemnidad que requiere haber llegado a la cumbre de la democracia. Televisiones, medios de comunicación, cuerpo diplomático, camisas limpias y corbatas azules y hasta Cayo Lara con zapatos brillantes como el betún antiguo.

El país celebra el acontecimiento. Partido Socialista y Popular proponen que en adelante sea día festivo en conmemoración de la meta alcanzada. Y cuando los chavales pregunten dentro de varios años qué era eso del pacto anti corrupción, los profesores les expliquen que es una fecha importante porque los políticos de principios del siglo XXI se comprometieron a no robar. Tuvieron que pasar muchos años desde el final de una dictadura envenenada. Pero el esfuerzo valió la pena y el rey Felipe VI sancionó con su firma que ni siquiera los cuñados o familiares por parte de hermanas podrían apropiarse de nada. Por eso hoy, queridos niños, es fiesta.

Pero entre los niños siempre hay un Jaimito que lo mismo le dice a su profesora que está enamorado de su culo que suelta con desparpajo y sin miedo a nada que el otro día sorprendió a sus padres follando en la cocina. Y ese día festivo de dos mil ochenta y ocho lo preguntó sin aparente malicia: ¿Es que antes de firmar ese pacto que prohíbe robar podían robar algunos políticos? Y el profesor, un interino despedido por Wert tiempo atrás, se vio sorprendido por Jaimito y optó por mandarlos al recreo a pegar patadas a un balón deconstruido como los huevos de un tal Ferrán Adriá.

En los libros de historia quedarán los nombres de muchos que se apropiaron de los bienes comunes cuando eran gente importante. Presidentes de bancos, inventores de preferentes, diputados, senadores, alcaldes. No fueron la mayoría a la cárcel porque estaba claro, según la autoridad máxima del Tribunal Supremo, que el código penal estaba pensado para los robagallinas, pero que era casi imposible aplicarlo a los grandes defraudadores. Y evidentemente la gente importante no robaba gallinas porque preferían  langosta. Las gallinas sólo las comían los desahuciados, los que necesitaban de comedores sociales, los que rebuscaban en los contenedores de basura y a los que el alcalde de Sevilla multaba con setecientos cincuenta euros. La gente importante estaba en despachos diseñados por un tal Calatrava, aunque algunos vivían con el miedo de que se pudieran derrumbar los techos y acabar con los tresillos de El Corte Inglés en la planta inferior encima de una secretaria elegida por méritos de sus atributos.

España es desde entonces un país feliz. Disfruta día a día de la seguridad y la alegría de una virgen inmaculada. Nadie puede robar porque así lo han pactado. Jaimito había hecho una pregunta sin respuesta. No era evidente ni estaba claro que no se debía robar antes del pacto. Sólo había que conseguir no ser una robagallinas. Había que llamarse Pujol, Rato, Bárcenas, Roldán, ser presidente de diputación, concejal, alcalde, Granados, Mario Conde, Muñoz, Gil. Roca.


Es fiesta porque pactaron. La democracia va por ahí, contoneando caderas, pero virgen para siempre porque nadie será capaz de meterle mano.
MI JAULA



He abierto la ventana
Para que  los jardines entren hasta el fondo.
Cuatro paredes blancas
con la vida colgada
en una silla cualquiera.
Ya no busco vivir, sólo durar.
Es suficiente una jaula de cuatro por cuatro.
Apenas cabe el viento
y un ramo de rosas.
No cultivo amaneceres
ni ocasos.
Sólo estuviste tú,
 cuando me visitaste.
Encajados los cuerpos,
confundidos los labios,
superpuestos los besos
para engañar el espacio
estrecho de esta jaula.
Estoy ordenando los recuerdos.
Tu vientre, tu pubis, tu sexo,
tus brazos abrazados,
tus piernas entreabiertas, cruzadas
para el amor besado,
para apretar la distancia
que nos ha separado.
He abierto la ventana
para que los jardines entren hasta el fondo.
Esta es la disyuntiva:
La nostalgia infinita de tu boca
o el cuerpo de un viento en primavera.


lunes, 27 de octubre de 2014

TORO


El cabezazo de un toro,
como la embestida de un monte.
Cuerpo negro de toro.
Noche evidente por caminos de polvo
con una oscura soledad entre los cuernos.
Toro arremetiendo con la fuerza de un mar.
Toro corneando
la femoral de la conciencia
para romper la vida
y dejarnos reducidos
a un charco de olvido.
Olvido cuajado,
oscuro,
arrinconado,
condensado
en una arena sin aplausos.
Olvido,
sólo olvido en ti
tras el derrote traidor
de ese toro
monte,
mar,
corneando

las ingles de tu memoria
QUIERO SER CAMINO



Soy camino,
pero quiero ser tierra compacta,
capaz de soportar tus pies,
tus huellas,
tus pisadas.
Quiero aguantar tu peso,
el volumen de tu cuerpo,
la dimensión de hermosura
que configura tu ser.
Pero soy camino
inacabado siempre,
con baches y hondonadas,
con flores en las orillas
que perfuman tus andares
y zarzamoras que rompen
la piel en carne viva.
Camino para que logres tu empeño,
humilde para que lo pises,
para que conquistes el horizonte,
para que alcances la luna y la conviertas
en barquitos de papel
y caracolas de luz
Quiero ser tu camino.
Andame despacio
para hacer de tus pasos una siembra
que me florezca un día

en la cosecha azul de tu mirada.

domingo, 26 de octubre de 2014

A VECES LA CALLE


A veces la calle es como un río
que estruja los besos.
Calles llenas de nadie,
de orgullo acaso,
de desesperanza acaso,
de suicidios  acaso.
Nadie sabe definir la calle,
ese río turbio,
barrizal de intereses,
de egoísmos que empujan
para que caiga el  débil,
pisoteando las heces
que somos tú y yo
porque alguien nos convirtió en olvido,
en desecho, en vómito
de ese borracho cósmico
que denominan vida.
Alguien nos recomienda conformismo
porque los pobres son pobres por designio
de un dios omnipotente, propiedad por herencia,
monopolio que certifica
que la injusticia es amada,
conscientemente amada
por crucifijos de adorno
que embellecen los pechos deseados por tactos
de braguetas erectas.
Quiero morirme boca abajo
para que nadie vea
la rebeldía que muerde
la calle como un río

donde nadie pervive.

sábado, 25 de octubre de 2014

LAS CORBATAS NO SIENTEN VERGÜENZA



Millones de turistas. Pechos desnudos. Tangas mínimos. Barrigas con ridículos sombreritos. Muslos radiantes y culturistas baratos. Millones de turistas que empujan el IPC para que Montoro proclame los presupuestos más sociales, más hipócritamente sociales de la historia. Rajoy hincha el pecho y se enorgullece del sol como si el Gobierno hubiera inventado la luz que pone morenas las cinturas de chicas alemanas. Millones de turistas. Toda una invasión euros apetecible en contraste con esa invasión agresiva, que dice el ministro del interior, que salta la valla de Melilla y que sólo aporta carne desgarrada, hambre, miseria y que debe ser regurgitada, vomitada, a un Marruecos dictatorial donde los derechos humanos se respetan tanto como en el muro de la vergüenza que nuestro gobierno ha colocado para preservar los besos soleados de los turistas franceses que empujan el IPC y hará saltar de alegría a Merkel porque el déficit es menos déficit.

Creo que fue Alfonso Sastre quien escribió hace años EL NUDO DE LA CORBATA. Un nudo que apretaba la garganta de aquella clase media, digna, trabajadora, que se empeñaba en pagar su casa, las letras del utilitario y la cerveza de los sábados con su mujer y los churumbeles. Ha pasado el tiempo. Se va agrandando por momentos el abismo que separa a ricos y pobres. Las corbatas son todas de seda y los nudos no aprietan porque la seda es suave al tacto y resbaladiza. La corbata elegante está reducida al número de millonarios. Al otro están los sin corbata. Se abre de par en par la distancia. Y cuanta más clase media se elimina, más riqueza acumulan unos cuantos. Los parados, los dependientes, los enfermos, los jubilados, los estudiantes ya no llevan corbata. No la necesitan para andar repartiendo curriculums de puerta en puerta ni para morder la angustia y la desesperación sobre un sofá de otro tiempo.

Pero cuando se tiene corbata a costa de los que ya no tienen que usarla, debería sentirse una vergüenza enorme. Los subsaharianos subidos a las vallas limitan con un campo de golf que se ha construido con cinco millones de euros de dinero público. Y le preguntaban a un golfista que tenía a sus espaldas esa carne desgarrada de la inmigración, si sentía alguna extraña sensación al contemplar la escena. “Yo no puedo arreglar el mundo”, respondió y siguió tratando de embocar la bolita en el hoyo correspondiente. En realidad es que no necesitaba arreglarlo. Se sentía cómodo practicando un deporte que lo distanciaba del dolor, del hambre, de la miseria. Tenía arreglado su mundo. El de los que estaban aupados en unas cuchillas no le interesaba. Allá el hambre con el hambre. En su empresa tenía a veinte personas  a las que daba de comer. Con eso había cumplido su aportación al mundo. No quería tomar conciencia de que eran esas veinte personas las que le daban de comer a él mientras jugaba al golf con uniforme blanco, impecable, tratando de meter en un hoyo (tal vez  todo un símbolo) una pelotita certeramente golpeada.

Las corbatas no sienten vergüenza de serlo. Los que las llevan como distinción de poderío, de riqueza, de grandeza, tampoco. Millones de turistas. Vienen al sol, al mar, a la historia, a nuestro quehacer pasado. Y los ayuntamientos tratan de esconder a los mendigos porque dan mala imagen. No sienten vergüenza de que exista la pobreza, les molesta que se vea. Perjudica la marca España no el hambre existente, sino la visualización de la podredumbre que conduce a ella. Las familias acudiendo a comedores sociales, la realidad de gente que no puede poner la calefacción, los  sin agua porque no les da para para pagar, los niños sin un vaso de leche para dormir, sin una tostada para desayunar, la sopa aguada que se sirve a seis de familia y que se cuece en quinientos euros de pensión, la solidaridad de personas que entregan su tiempo tratando de almacenar alimentos y comida caliente para miles y miles de desheredados…Esa realidad no avergüenza a las corbatas. Le sacan los colores el que millones de turistas vean los estómagos vacíos.

Y los mandatarios asegurando que la economía despega a velocidad de crucero, afirmando que se crea empleo, que no hay recortes, que los presupuestos son los más sociales de la historia, que se tiene como nunca un estado de bienestar. ¿Seguimos enumerando?

Quedan las corbatas, las que no sienten vergüenza de mostrarse como distintivos de sueldos ofensivos, de tarjetas opacas, de indemnizaciones millonarias, de fuga de capitales, del robo descarado y que hace de los ladrones gente importante.


Las corbatas repugnan porque no tienen vergüenza.
ALMA PERDIDA






Se me ha perdido el alma.
Barro mi cuerpo,
arcilla palpada
con manos de ciego.
Pregunto por las esquinas del viento,
por la garganta de la luz,
por el vientre de tu vientre.
Nadie encuentra
en su alma mi alma.
Las calles están como entonces.
En su sitio el río.
Los besos en los labios abrazados,
manos de fuego apretando
pechos de espuma.
Y pregunto por mi alma.
-¿Dónde la perdiste?
-No sé.
-Allá, en los escombros,
donde se tiran las sombras,
donde el olvido olvidado.
Y escarbo,
perforo,
ahondo,
rompo la piel,
desato el nudo de las venas.
Se me ha perdido el alma.
Tal vez nunca la encuentre
Y seré sólo olvido,
olvido,

olvido.

jueves, 23 de octubre de 2014

AQUELLAS PREGUNTAS


Voy olvidando las preguntas
que fueron sentido de la vida.
Se me clava la desgana,
la oscura indiferencia
de quien toca la otra orilla
sin que le importe siquiera
si la otra orilla existe.
Necesité saber
si dios, si el tiempo,
la eternidad,
el contenido de cada acontecer,
por qué las ingles y el corazón
tienen caminos distintos.
Escarbé hasta dejar las uñas
en la parte más honda de historia
o de tiempo
que llevamos en la espalda.
Interrogué a los hombres,
a los dioses
qué explicación tenía la longitud que va
desde el triunfo de nacer
hasta la rendición última de la muerte.
Soporté la carcajada
de quienes fueron capaces de estar sin existir,
de subsistir sin existir,
de durar sin existir.
Hoy soy yo quien renuncia,
quien se somete,
quien se subordina
y me desahucio del misterio
y reniego de la densidad incomprensible,
de la insatisfacción
de despreciar preguntas

porque no me importan las respuestas.

martes, 21 de octubre de 2014

CAMISETA MORADA




Era el de la camiseta morada. No tenía nombre porque los pobres son tan pobres que ni siquiera tienen nombre. Trataba de saltar la valla, la de las cuchillas, la de la vergüenza, la del asco que separa a los ricos de los que no tienen nada, ni siquiera nombre. Era simplemente el de la camiseta morada.

Trepaba como un gato. Saltaba por la alambrada como un mono. Huía del hambre, de la miseria, de la humillación de no ser nadie. Huía tal vez de sí mismo. Buscaba un trozo de pan, un vaso de leche, un pedazo de dignidad. A lo mejor llegaba a conseguir un nombre. Buscaba una camiseta blanca, azul, roja para enmarcar su camiseta morada como se enmarca el primer beso, la primera caricia, la primera ofrenda abierta y regalada.

En ese momento era sólo el de la camiseta morada. Colgado de las cuchillas que abren la carne, que rasgan la piel, que cortan venas como manantiales de sangre africana, negra, sangre con sabor a sal, a mar, a desierto, a patera. Cuchillas como gritos que desgarran el alma porque dicen que él no es de los nuestros, que hay que defenderse de sus anhelos de comer pan con aceite, del olor de sus cuerpos sudados, sin una gota de lowe que llevarse a la piel.

Buscaba un poco de libertad para decir su palabra, para exigir igualdad, distribución del mundo entre todos porque de todos son las cosechas, los pájaros, las flores. Porque todos tenemos derecho a saciar los estómagos vacíos, hinchados de desprecio, infecundo porque el semen se debilita, porque las mujeres están secas como troncos de olivos retorcidos.

Abajo, las fuerzas del orden. Escuece el término orden. Porque en realidad son fuerzas del desorden, las que se dedican a guardar a los ricos en sus fronteras, en sus castillos de riqueza, en las poltronas de su bienestar. Custodian a los antiguos propietarios de unas colonias donde todas las camisetas moradas eran esclavos, donde robaron sus riquezas, donde dejaron sus secarrales cuando ya no salía nada de sus ubres ricas en otro tiempo, donde dejaron la pobreza sembrada y ahora ha florecido en miseria. Y esas camisetas moradas estaban ahora colgadas de las cuchillas que sajan la carne en vivo. Y esos hombres del orden tienen instrumentos pensados para que duelan, para que priven de los sentidos, para dormir la conciencia, para injertar el miedo en la piel. Hombres entrenados para acertar con zonas del cuerpo que destrocen. Hombres con armas que abren heridas. Hombres fuertes capaces de arrastrar cuerpos vencidos. Hombres con alma blindada para que no les penetre el dolor ajeno. Hombres que besan a sus hijos, que acarician el cuerpo de una mujer, que sienten la ternura del abrazo, que trepan por el vientre delicado de la esposa. Pero que ahora pegan, rompen cráneos, espaldas, tobillos porque son hombres del orden. Y el orden dicta que los pobres tienen la obligación de ser pobres porque a costa de esa pobreza los ricos son ricos.

El vestía una camiseta morada. Sin nombre, sin apellidos. Simplemente era una camiseta morada. Cayó al suelo. Roto el cráneo de un golpe certero. Inconsciente. Arrastrado por la tierra como si ya estuviera muerto. Entregado a las fuerzas marroquíes para hacerlos partícipes de una muerte. Hay que dividirse el mérito de matar.

El de la camiseta morada morirá mañana, pasado mañana. Cuerpo de tierra española, de palos españoles, de rechazo español, de humillación española. Sueños frustrados. Y los marroquíes, súbditos de una dictadura sagrada, rematarán la faena y cobrarán un plus porque la muerte está bien pagada.

No sabemos casi nada de su pasado y no nos importa su presente. Sabemos que ha quedado parapléjico, que le han tenido que quitar un riñón, que tiene el bazo destrozado. Son las consecuencias del orden establecido, producidas por la reserva de occidente, por cristianos que comulgan diariamente con su dios, que ponen bajo el manto de una virgen a los parados a los enfermos, a los dependientes.

Como nación, dedicamos una parte muy pequeña al desarrollo de los pueblos pobres. Tal vez puedas aspirar a una camiseta morada y nueva, donativo altruista del pueblo que te dejó parapléjico.





LEJANÍA


Dónde está la lejanía?
Por favor, que alguien me indique.
Detrás del horizonte, me dicen.
Muy lejos está la lejanía, puntualizan.
Nadie es consciente

de que pregunto por ti.

lunes, 20 de octubre de 2014

NOMBRARTE





Quiero que el mundo se llame como tú.
Nombrar con tu nombre el agua,
los montes,
la hierba.
Que me responda el mundo si te llamo
y que  vuelvas la cara cuando nombro los jazmines.
Que se excite el barro de tu carne cuando toco tu cuerpo,
que te nazcan mares en los ojos si te miro,
que se hagan primavera tus manos si acaricio tus caderas,
que reconozca mi voz tu piel cuando la rozo.
Decirte y sentir que responde el universo
porque se acostumbró a llamarse como tú.
Eres el todo y la nada,
resumida existencia,
concentrada en tu vientre la hechura de la vida,
vientre de madre, de amante, con los dolores del mundo.
Que todos los besos sean copia de tus labios,
que todas las montañas sean como tus pechos,
que todas tus lunas sean como tu luna,
que todas las primaveras nazcan entre tus piernas.
Quiero que el mundo se llame como tú
para vivir el espacio infinito de tu boca


domingo, 19 de octubre de 2014

AHORA



Ahora que no estamos
donde siempre estuvimos.
Ahora que no somos nosotros
ese plural corporativo
que formamos tú y yo.
Ahora tal vez pueda decirte lo que nunca
supo decir el conjunto de sílabas
que llamamos palabra.
Ahora que  somos distancia
como antes de besarnos,
como antes de encontrarme
tu cuerpo frente al mío,
antes de que fueran tus caderas
el mapa de mis manos,
antes de que tus labios pronunciaran
el nombre que aún me identifica
para que la muerte un día
sepa cómo me llamo.
Antes de que plantara entre tus piernas
la nieve nevada de los pinos.
Ahora que no es entonces ni mañana,
ni antes ni después,
ni siquiera ahora mismo.
Ahora que el tiempo
se nos cayó de espaldas
porque se  despeñaron
la luz y las caricias.
Ahora no sé qué decirte,
porque perdí la memoria
porque tú ya no estás

y porque yo no existo.

sábado, 18 de octubre de 2014

GENTE IMPORTANTE




La vida no es una respuesta a nada. Es más bien una concatenación de preguntas porque el ser humano es sobre todo una interrogación sobre sí mismo. De ahí la humildad, como elemento vivificador, para aprender de quienes nos superan y aportan sentido al sin sentido que a veces conforma la existencia.

Uno ha estudiado, leído, discutido, compartido para incorporar las aportaciones de todo ser pensante. Intercambios, viajes, conferencias y ese contacto vivo que actúa como ósmosis para digerir todo aquello que significa un valor en las cabezas ajenas. Y uno ha ido asumiendo lo que ha encontrado de positivo y rechazando lo que ha creído negativo. Todos somos discípulos de los demás y agradecemos a la historia lo que ha arrastrado a lo largo del tiempo para enriquecer nuestro presente. Cosecha que hoy degustamos y gratitud a quienes nos han ido haciendo lo que somos. Porque el presente que soy tiene siempre una explicación en el ayer que fui y que fue la humanidad que me alberga.

Y tenemos en el alma un agradecimiento a cuantos han influido positivamente en nuestras vidas. Desde aquella maestra de la que nos enamoramos cuando teníamos quince años a ese catedrático que nos dijo que el mundo es un puñado de barro que gira alrededor de unos intereses bastardos donde el hombre es un lobo para el hombre, copiando a Hobes.

Y ese mundo nos enseñó que había hombres y mujeres muy importantes (uno pensaba que cualquiera lo era, pero por lo visto el término importante afectaba sólo a un  grupo que merecía todos los privilegios.)  Y esos seres importantes que ocupaban puestos distinguidos en la banca, en los desfiles, en las alfombras, en las salas vips de los aeropuertos, se sentían con el derecho y el deber de enseñar a muchos otros, los no importantes, cómo había que comportarse en la vida para que le vaya bien a no sabemos exactamente  quién. Y los locutores de radios y televisiones nos advertían que las distintas personalidades habían ocupado el puesto de preferencia que les correspondía en actos solemnes de traje Armani y colonia loewe. Y los demás debían permanecer a cierta distancia porque no estaba bien visto el mono azul de mecánico manchando  corbatas de seda italianas. Cada uno en su sitio. Como cuando la escuela. La profesora de pechos brillantes arriba. Los alumnos enamorados, abajo. Y en medio el foso que separa a la gente importante y la plebe. Los que enseñan y los discípulos.

Yo no estuve en aquella boda. Era para gente importante. El Escorial. Felipe Segundo por los claustros, por la biblioteca. Aznar-Botella rodeados de gürtel. La gente importante resultó andar revestida de gente importante, pero en el fondo era una reunión de ladrones. Y Felipe segundo se escondió entre los arcos del monasterio.

Cataluña, Valencia, Andalucía, Madrid. Un ramillete de hermosura, pero agusanada. Pujol, Camps, UGT, ERES. Privatizaciones sanitarias y copagos. Lasquety y Rodríguez, González y Aguirre sexagenaria. Gente importante, pero hueca. Carcomida por dentro. Contagiando de vulgaridad rampante a la Sagrada Familia, la Virgen de los Desamparados, la Torre del Oro o el Madrid chulapa y postinera.

Empresarios que dictan salarios y horarios, despidos, indemnizaciones y billetes para trabajar en Laponia. Empresarios que pagan en negro, que adeudan a la Seguridad Social porque tienen que elegir entre cotizar y comer langosta. Empresarios que recomiendan los mini Jobs porque más cornás da el hambre y que aseguran que las mujeres en edad fértil no valen para nada y que las que han sido madres no rinden en sus trabajos. Y las viviendas sociales levantadas con dinero de todos vendidas a fondos de buitre que se encargan de desahuciar a personas con cáncer y chavales dependientes. Empresarios que critican la ayuda de cuatrocientos euros a gente que los recibe sin valer para nada.

Están más arriba porque son gente importante. Porque son capaces de dictar las coordenadas de la vida de los demás. Porque saben que hay que trabajar más y cobrar menos. Y se empeñan en que no creen que el dinero obtenido de las tarjetas black deba cotizar y tal vez tengan razón porque el dinero robado no cotiza en parte alguna del mundo. Y por eso Blesa, Rato y muchos más tenían la conciencia limpia. Había un detalle: mientras paseaban en yates con ese dinero, lanzaban de su casa a una familia con todos sus miembros parados y sin ayudas porque se les acabó el derecho a percibir un paro. Cosas de la gente importante.

Y ahora viene alguien y pone debajo de este artículo que soy un demagogo. Gracias de todas formas, amigo. No me había dado cuenta de que estaba entre la gente importante. Usted perdone.


A TU ORILLA



Puedo morirme un día a orillas de tu voz.
cerca de donde gestas lunas con cintura.
Muerte circunvalada en tu palabra,
en el sonido de olvidos olvidados.
Bajaré  por la palabra que pronuncias
hasta tu centro,
donde alumbras
las huidas,
los miedos que abrillantas
para embellecer la angustia
que te produce la entrega.
Me moriré disimuladamente.
No notará nadie mi cadáver
embalsamado con la sal de tu saliva,
en caricias envuelto,
desnudo como una tribu de amapolas.
Puedo morirme un día a orillas de tus labios,
en tus besos sin nombre y apellidos,
tus anónimos besos
muertos en la espalda de tu boca,
en el opaco cielo de tu boca
sin que nadie supiera
que tenías plantada una cosecha de alegría.
Puedo morirme un día a las afueras de tus ojos,
en los adentros de tu piel,
allí donde una tarde
conocimos los límites del cuerpo
pero nos empeñamos en saltarlos
y adentrarnos para siempre

en la carne salada de las olas.

viernes, 17 de octubre de 2014

LAGRIMAS




Mis lágrimas atadas a tus ojos,
Identificadas con la sal
que brota en tu mirada,
donde te nace un mar.
Sumergido en ti,
ahogado en el agua azul de tus pupilas,
mientras me secan tus labios
a orilla de tus párpados.
Barquito hundido,
sin sobrevivientes
sembrado de víctimas
que se amarán para siempre.
Alójame en tus ojos.
para salar mi carne con tus lágrimas
y que no se corrompa mi piel
mirada en tu mirada


miércoles, 15 de octubre de 2014

ESE OTOÑO QUE SOMOS





Han callado los pájaros
que anidan en tus ojos.
Es otoño en tu vientre
y se deshojan mis dedos
en la cercanía en tus pechos.
Nos estamos yendo no sé a dónde
con los pájaros callados.
Tu piel despegada de mi piel
porque hay un otoño
en las ramas de tu luz.
Nos sentimos solos,
desprendidos hasta de la sombra,
 sin canto.
Nos vamos derrumbando
como un mar hecho pedazos.
Tú te despides de mis manos,
desheredando caricias
cuando había aprendido de memoria
el camino de tus ingles.
Duele  esta invasión de otoño,
el crujido de tu carne pisada en mi almohada.
Me queda la añoranza caliente de tu luna.
Estaré esperando en el silencio
el regreso de tus labios,

injertando primaveras en mis brazos

martes, 14 de octubre de 2014

MADRUGADA



Madrugaba la hierba en tus caderas.
A orillas de mis labios
tu carne amanecía.
Dios creaba la luz
con el barro incandescente de tus pechos.
Rodaba el  mundo por tu cuerpo,
y tenía la hechura de tus ojos
la piel de los jazmines.
Sólo sabías ser hermosa.
Era la costumbre
de tu cuerpo horizontal,
de tu figura ecuestre
sobre el río vertical de mi inocencia.
En ti desperté aquel día
cuando madrugaba la hierba en tus caderas
y hundías tu estatura

en la cintura  azul de mi oleaje.
ANESTESIA





Hay sentencias que huelen a anestesia. Como huelen los quirófanos a carne abierta, a herida programada, a sangre brotada con equilibrio para que la vida no se pierda por las calles de batas verdes. Debió ser terrible en otros tiempos, cuando el manco de Lepanto, cuando a Ignacio de Loyola le amputaron creo recordar que una pierna, cuando el cuchillo, la sierra, cuando el hueso astillado o la herida infectada. Terrible. Hoy nos meten en el túnel de un sueño infinito. Nos inyectan un reloj que va descontando minutos de dolor para la muela, para el cráneo abierto o la epidural que hace de la criatura que viene una repique de alegría. Hoy tenemos anestesia.

Hay sentencias judiciales que huelen a quirófano. Setenta y cinco años pedidos para esos jóvenes que fueron embrión del 15-M. La insurrección esperanzada aparcó en la Puerta del Sol y en los soles de muchas plazas españolas. Y aquellos jóvenes crecieron y se multiplicaron. Y se nubló el sol de la democracia y se nos quedó en nube pura una transición que fue como pudo ser y un desarrollo del poder que infectó la alegría de la libertad. Y la Puerta del Sol se abrió a fuerza de fuerza interior, de músculo del alma, de ímpetu transformador, exigente.

Y fueron miles de descontentos, de indignados apoyados, empujados, elegidos como representantes del grito que venía de lejos. De hogares con hambre, con paro, con cansancio histórico. Porque el poder está siempre a punto de convertirse en dictadura. Porque los elegidos olvidan a los electores. Porque la memoria arrincona a la mayoría absoluta que reside siempre en el pueblo por más que nuestra democracia sea representativa y no asamblearia. Y los elegidos se esconden frecuentemente en ese chiquero para huir de las exigencias de los ciudadanos y tienen miedo a las embestidas de quien reclama estar presente en las decisiones importantes de la sociedad.

Y algunos poderosos reunieron sus insultos y los lanzaron como drones destructores. Total eran un grupo de desarrapados, melenudos, sucios, sin costumbre de ducha. Izquierdistas ultras, amigos de etarras, aniquiladores del sistema democrático, destructores de los valores cristianos propios de los vigías de occidente, violentos holgazanes que querían vivir sin trabajar, aprovechados de esquinas para propiciar roces de muslos con ingles, amorfos vividores a los que no hay que darles mayor importancia, a los que hay que evangelizar para llevarles la buena nueva de ideales sublimes como llegar a quebrar un banco, llenar el tarjetero con documentos black para gastar en sujetadores para amantes, en joyas para la novia oculta, en matar elefantes, en bebidas para paladares exquisitos.

Y junto a esa Juventud, los yayoflautas. Floriano, ese talento político con pinta de Cesar romano, los mira con la ternura de un nieto que siente desprecio por la mayoría de edad cerebral. Y Marhuenda, reptando por las cercanías de un Rajoy que ganará las elecciones y Losantos, y el Cascabel de Intereconomía, y Cuesta y Merlo…y todo ese cuadro periodístico infectado de sobres ocultos… Esos jóvenes deben aspirar a ser Camps, Fabra, Correa, Matas y no conformarse con luchar por el bien de los demás. Y los yayoflautas no tienen derecho a quejarse de nada. Les suben un 0,25 sus pensiones, como nunca en la historia de este país.

Y pasado el tiempo, llegan las sentencias que huelen a quirófano. 75 años para esos 14 jóvenes. Por resistencia a la autoridad, como si los ciudadanos no fueran la autoridad suprema de la democracia. Condenados por exigir, por pedir derechos, por auspiciar un giro que tenga en cuenta la voz del pueblo. Por utópicos que nunca han aceptado que la utopía la tiramos hace tiempo al contenedor de material no reciclable, porque apestaba, porque no se pueden alcanzar los horizontes, porque no vale la pena luchar por una verdad prematura.

75 años de cárcel. Se trata de anestesiar. Se trata de ahogar el grito en ese silencio que tanto valora Rajoy. Se trata de tapar la boca con el miedo a 75 años de cárcel. Mejor en casa, viendo a Jorge Javier o a Somoano. Preservados del frío del invierno, de la solanera del veranos. En un sofá. Confiados en que nuestro representantes políticos pueden rompernos todas la ilusiones porque somos conscientes de que saben los que hacen. Nos pueden dejar sin futuro, sin trabajo, sin vivienda, sin sanidad, sin enseñanza. Pero tenemos la tranquilidad de que saben qué es lo mejor para el populacho.


El quirófano es una advertencia. No somos mancos de Lepanto. Vale la pena la anestesia.
SOMOS ESPUMA




Nos hicimos espuma una tarde
cuando nadie sabía
los apellidos del mar.
Estaba la luna
en aquel vientre ancho,
en los jardines subacuáticos
cortando ramos de peces
para tu piel sumergida.
Nos amamos como se ama la espuma.
Nos miraba la brisa
asomada a los montes hermosos de tu carne.
Abrazado a los hombros del mar,
indagaron las manos
las calles de tu voz.
Tu  nombre en mis labios
hacía del mundo un volumen de besos.
Espuma tú,
espuma yo,
para amarnos

como la espuma que somos.

lunes, 13 de octubre de 2014

ERES PAN


El pan de cada día.
Pedido,
rezado,
consagrado,
repartido.
Pan tú.
Necesitado,
rogado,
no exigido.
Pan bendito
tu carne,
tu piel,
tus manos.
Cosecha de trigo bueno
tu luz,
tu sombra,
tu palabra,
tu silencio.
Gavilla
rubia de melena,
de miradas azules,
de amapolas los ojos.
Pan caliente,
vientre necesario
para llegar al río
enredado en tu tierra.
Pan masticado en besos,
amasado en labios,
nombrado en lunas.
Espigas tumbadas
por el aire de sábanas
y el desorden de los surcos
abiertos en tu centro.
Pan tu nombre
no dicho,
apenas pronunciado,
sembrado a sílabas.
Quiero permanecer
tumbado entre tus tallos,
atado a ti,
muerto en ti,
alimentada agonía
de espigas con madrugadas,
con anocheceres,
lluvia y sol,
arco iris tus ojos,
tus labios,
tu pelo.


domingo, 12 de octubre de 2014

DE REPENTE TU





Ayer fue nunca.
Todo es de repente,
como tú,
carne verde de pinares,
tronco con pechos en llamas.
De repente.
Encuentro tú, inesperado,
sorpresa de cuerpos encendidos.
Tiene historia el beso
aunque fue de repente como tú,
aparición sin tiempo
porque ayer fue nunca.
Empiezo en ti,
en tu aliento creador
y soy por ti lo que nunca fui,
el que soy porque me creas
en el hueco de tus manos,
alimentado de pezones rosas,
y me acunas
en las mariposas de tu aliento.
Ayer fue nunca,
pero tú ya estabas
amándome
mientras yo te amaba
y se incendiaba la vida

en tu carne verde de pinares.

sábado, 11 de octubre de 2014

A VECES



A veces amanece
y te busco en la sombra de la luna,
en los ojos del sol que hace caminos.
A veces no amanece
y es la mañana una jauría
de aullidos y colmillos
que devoran las sombras.
He desnudado tu palabra y tu cuerpo
para tocar tu voz y beberme tu piel,
y saciarme la sed
con tu chorro de carne.
A veces, como quien tropieza
con un monte de luz,
se me astillan los besos
y te llegan mis labios ya desheredados.
A veces me duermo entre tus pechos
para que nadie usurpe mi derecho a tus pulsos.
A veces te sueño acunada entre ríos
con mis manos urdiendo los tuétanos del agua.
A veces, sólo a veces,
te imagino buscando mi equipaje,
colgando mis camisas, mis corbatas,
desnudando mis ansias,
abrazando mi ausencia,
recobrando gemidos
para anudar las bocas
y entretejer las piernas
en el monte más bello.

A veces, sólo a veces.