sábado, 30 de abril de 2011

Dios está como los toros:
Acechando el pie, embistiendo,
mientras el hombre naufraga
en su muerte desde el tiempo.

Tengo los ojos tapados
con un antiguo cemento.
Nací y morí en el instante
en que Dios se puso en medio.

Porque defiendo mi sangre,
porque no rindo mi aliento,
voy por la plaza del mundo
condecorado de miedo.

Que se entere Dios: no grito
por menos hombre y por menos
audacia. Quiero tener
conciencia de que estoy siendo.

viernes, 29 de abril de 2011

AZNAR TIENE UNA AMANTE

Aznar tiene una amante: la paz. Y va por el mundo evangelizando esta buena nueva. Habló con ETA para acallar las pistolas con claveles. Pero el ejército de liberación vasco prefirió las cachas negras a una lluvia de rosas. Niega ahora la existencia de aquellas negociaciones. Estoy seguro que lo hace para no cargar el peso del fracaso sobre las espaldas de la banda y facilitar así las negociaciones de futuros presidentes. Por su amor a la paz prefiere asumir la propia historia y negar su participación en un diálogo roto por el humo asesino de pistolas calientes.
Aznar tiene una amante: la paz. Tenía la profunda convicción, casi evidencia, de que Irak tenía armas de destrucción masiva. Pero contra la decisión de Europa y del mundo, él se opuso a una guerra que dura todavía y que engendra diariamente muertos y más muertos. Le hizo ver a Buhs y Blair la necesidad de dialogar con Hussein porque la palabra es el seno caliente de la paz. El mundo de los poderosos desoyó su voz profética y la tierra estalló en muerte, sombras y sangre. Consecuente con su conciencia, se negó a enviar tropas a esa guerra. No le daría a Zapatero la oportunidad de retirar soldados de Irak porque él se negó a colaborar en la masacre. Lo ha dicho y de forma rotunda hace unos días en televisión.

Aznar tiene una amante: la paz. España –lo sabe este adalid de la palabra- tiene que ponerse de acuerdo consigo misma. La guerra civil la partió en dos y consiguió que el “españolito que viene al mundo lo guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”

España nació poco antes del cuarenta (¿o en el setenta y cinco?) Los grandes historiadores como José María, Mayor Oreja y muchos otros cifran la fecha de nacimiento el uno de abril de mil novecientos treinta y nueve. En el día de hoy, desarmado y vencido… Enterrado y bien enterrado… En mausoleos con fajines y gorras de plato, en cunetas, aplastados por el anonimato, como perros rabiosos. Por eso sabemos de la gloria de unos e ignoramos –la ignorancia es un valor en alza en nuestra derecha española- dónde están los que no tienen derecho a una cruz con un rosario de estrellas. A ciertos muertos les queda bien la muerte y nadie –ni siquiera los hijos o los nietos- tienen derecho a desamortajarlos.

Aznar tiene una amante: la paz. Paz de patriota que va por el mundo para que el mundo conozca el futuro fecundo que entre todos vamos construyendo. Entre Franco amortajado de llanto y el olvido olvidado de Adolfo Suárez está el ayer en el que la paz echa raíces. La transición no es una asunción amante del pasado. Es más bien paletada de tierra sobre paletada de estiércol para enterrar a ciertos muertos –no todos- sin cruz posible de resurrección. El ayer es un viernes, sólo viernes.
Aznar tiene una amante: la paz. Pero la paz “no se hace removiendo huesos” Lo ha dicho en Aragón, en Huesca concretamente, donde la Virgen del Pilar dice…
Mis muertos son un derecho, Sr. Aznar. Muchos no queremos renunciar a ese calor vivificante de la madre tierra que acoge gozosa nuestro pasado para convertirla en palmeras y oasis de la memoria.

Vd. también tiene sus muertos, Sr. Aznar. El olvido forzado es un desencuentro del hombre consigo mismo.





martes, 26 de abril de 2011

BENDITA SEA TU PUREZA

Esperanza Aguirre clava tacones en la masa un tanto amorfa del Partido Popular. Rajoy es como el mar que rodea a Camps por todas partes menos por su cinismo de pavo real venido a menos. Camps se ha cerrado sobre sí mismo a sabiendas de que Rajoy le debe, y para siempre le deberá, la cuna de su nacimiento. Por eso tiene garantías de que su jefe de filas está arriba, abajo, delante y detrás para que nadie pueda mancharle sus trajes de Correa-Serrano elegantes.

Fabra se retira. Se esconde en los chiqueros de billetes premiados con música de niños navideños. Dicen que Bárcenas visita de incógnito Génova, 13. Es como un policía de barrio incrustado en la miseria para gloria del Partido, conforme se baja por Colón a la derecha.

Los políticos se pervierten por un reloj, un BMW, unas vacaciones. Pero se pervierten sobre todo cuando maltratan la palabra, la prostituyen y comercian con su contenido de veracidad. María Dolores Cospedal es capaz de chorrear falsedades contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, contra el Poder judicial, contra los miembros de un gobierno democráticamente elegido. Pero no logra justificar ninguna de sus manifestaciones públicas cuando una periodista como Ana Pastor le “exige” que concrete el contenido de sus expresiones y que aporte pruebas de lo dicho públicamente. Entonces la Secretaria del Partido Popular se enreda en su propio discurso, levanta las manos cobardemente y se deja fusilar ante las cámaras de televisión. Entre la corrupción de trajes elegante de Camps y la corrupción verbal de María Dolores prefiero, comprendo y perdono más la primera. Porque democracia es palabra como cúspide de humanidad de quien la pronuncia.

Clava tacones Esperanza. Alberto envaina puñales finos y lorquianos. Aznar prefiere tiros de gracia. Acechando a Mariano. Esperándolo en las esquinas del viento. Aguantando por los cementerios a ver si pasa Mariano en parihuelas. Rouco pidiendo su descanso eterno, muy eterno para que Esperanza inmaculada sea elevada a los altares de Moncloa

Si de verdad, como dice la Presidenta más presidenta, no deben figurar entre los elegibles aquellos que tengan manchada la vida con responsabilidades políticas, ¿podrán figurar en sus listas todos los que figuran? ¿Qué espías habrá utilizado la Presidenta más presidenta para hacer un seguimiento escrupuloso de los hombres y mujeres que conforman su equipo? ¿Será una valiosa aportación de Teresa Sáez y Tamayo? ¿Encarga las fotocopias de la Puerta del Sol a Romero de Tejada? ¿Defendería Francisco Granados la limpieza de aquellas elecciones frente a la candidatura de Rafael Simancas?

Listas limpias de imputados. Porque no llevan cartier, ni dupont-mechero-pluma-bolígrafo. Humilde bic para que ningún gürtel empañe la primavera electoral madrileña. Bendita sea tu pureza.

Pero me preocupa la palabra. Me obsesiona la insurrección de esta GRANDE ESPAÑA contra la ley de Memoria Histórica, Educación para la Ciudadanía, la privatización de la sanidad, de la enseñanza, sus regalos a los colegios regidos por Legionarios de Cristo, por religiosas que separan niños y niñas para evitar la contaminación pecaminosa del sexo.

Me preocupa este cine de barrio con moscas azules, con machetes crueles-divertidos de Esperanza y Alberto. Crucigrama de esquelas con Granados, Cospedal y Soraya, plañideras por un Rajoy amortajado de muerto. Nos quedan FAES y GEES, como en los viejos cines de barrio, con los malos y los buenos. Vencían los buenos. Pistolas idénticas. Gozo de matar porque los buenos también son malos.

Nuestra Señora de Madrid, bendita sea tu pureza.

lunes, 25 de abril de 2011

JEFE-RAJOY-LIDER

Siempre me he referido a Rajoy como jefe de la oposición porque siempre pensé que su liderazgo estaba por demostrar. Desde hace bastante tiempo creo que hay que poner también en duda su jefatura. Anda demasiado sometido, como escondiéndose del oleaje que puede mojarle los pies. No se está limpio con un baño de silencio. La elegancia política se gana con la cara por delante, exponiéndose a las cornadas, pasándose las embestidas por la cintura, con la distancia exacta para crear el asombro sin que la sangre manche la luz de la tarde. Y todo esto le falta cada vez más a Mariano Rajoy.

Mariano nació en la mano caliente de Aznar, lanzó su primer llanto ante Camps-comadrona y lo reclinaron en el pecho de María Dolores para que lo defendiera de Esperanza y Alberto.

Las servidumbres se pagan. Rajoy está pagando un precio muy caro por el préstamo hipotecario que le hizo Aznar. El expresidente se toma unos vinos (nadie tiene autoridad para decirle a él lo que puede o no puede beber) y se echa a andar por las rutas del mundo. Dos son sus objetivos: uno, absolutamente honesto, ganar dinero y otro, absolutamente nauseabundo, difamar a una España de la que él fue primer mandatario. Su tiempo de emperador se acabó y el país se hundió en la nada. Aznar levanta acta ante el mundo del enterramiento de un país exangüe, sin historia ni futuro. Y Rajoy, por encima jerárquicamente, calla. Le faltan arreos para encararse con su progenitor y prohibirle, sí prohibirle, que en nombre del Partido Popular, queme en la hoguera las legítimas aspiraciones de una tierra que siempre resurgió de sus cenizas. La jefatura de Rajoy no existe. Aznar proclama así que por encima de él no hay nadie.

Camps y su cohorte son quienes son. Tienen atado a Rajoy por las ingles del alma y D. Mariano lo sufre todo en silencio. Como Jefe de la oposición, con opción más que probable a gobernar, debería purificar con fuego valenciano tanta costra pestilente adherida a sus botas de peregrino hacia La Moncloa. No es táctica electoralista. Es simplemente carencia de jefatura. Ella depende de tantos factores exógenos a su decisión, que otros y sólo otros pueden en realidad rebelarse contra la corrupción más íntima.

María Dolores apareció como un agua fresca, vivificante, con un Toledo universal entre las manos. Pero abandonó la cintura estrecha de sus calles para ceñirse un Alcázar y un pareo allá por Marbella. Y se inventó la historia de escuchas, de amistades con ETA, de hordas judeo masónicas, de parecidos entre Rubalcaba y terroristas, de connivencia entre Gobierno y Poder judicial para sacar de la cárcel a Troitiño. El poder Judicial le ha llamado la atención. Rajoy calla porque carece de autoridad.

Mayor Oreja está obsesionado con la banda terrorista. La puesta en libertad y consiguiente fuga de un criminal no es casualidad. Es estrategia acordada entre Zapatero y ETA para llegar a un reparto de España aceptable para ambas partes. Este revisionista de la historia, al estilo Pío Moa, no tendrá nunca una intervención sobre vivienda, sobre enseñanza, sobre infraestructuras. Cuando alquien sólo se siente atraido por un tema revela, no una pobreza intelectual, sino una miseria a ras de la nada. Pues ni siquiera esa miseria de Mayor Oreja es repudiada por Rajoy.

Rajoy no es líder. Rajoy no es jefe. ¿Qué es realmente Rajoy?



domingo, 24 de abril de 2011

TAL VEZ SOLO NOSTALGIA

Cuando los azahares. Cuando los naranjales paridos por Abril. Cuando la Giralda se aparea con el río por Triana. Cuando Sevilla es un parto de perfumes. Eramos niños entonces. Dios vivía en el Pardo, condecorado por Franco los domingos mañaneros. Dios estaba a gusto dirigiendo las conciencias. Franco disfrutaba con la amistad divina bajo la sombra del palio.

Eramos niños entonces. Macarena de Queipo. Esperanza morena de Triana. Sevilla era hermosa. Nunca sabrá ser de otra manera. Guadalquivir en la cintura preñando de magnolias los pechos de blusa estrecha.

España era católica. Lo ordenaba el Dios-Franco desde un despacho macabro donde esperaban expedientes la firma de la muerte. Misa de siete para criadas de almidón y jornaleros de boina negra. De doce para señoras de negro y camisa azul con flechas rojas. España no era lo que nos decían que era. Pero terminaba siendo lo que nos obligaban a ser porque no había otro remedio.

Se guardaban los Gainza y Ramallets, los mihuras y los Ordoñez. Eran una obligación las lágrimas y la santidad una exigencia. Prohibidos los besos. Olvidadas las caderas. Los días del amor supuesto se prohibía el amor real por los trigales jóvenes, los besos por las esquinas del viento, las manos enlazadas para sostener la vida.

Dios se hacía tristeza, melancolía otoñal con la primavera dentro. Angeles negros por los balcones, llanto cofrade descalzo por adoquines de Sierpes. Mantillas y peinetas para la luna de la madrugá. Madrugá por la Campana. Saetas por las paredes, por las copas amargas de los árboles.

Todo eso fue niñez de españolitos de entonces, cuando los azahares, cuando se nos caían las lágrimas por dentro, por la fachada del alma, hasta el nivel de la pena, penita pena.

Dios se hacía tristeza. Tal vez fue siempre triste y la alegría fue sólo una muleta para embestir la existencia. A lo mejor no nació nunca, nunca fue niño de hospicio, engendro de posguerra, franquista por decreto de Pío, Papa XII. A lo mejor los correajes se los puso una Jerarquía que entregó a los vencidos en almoneda, al peso, por un puñado, por muchos puñados de privilegios.

Es domingo de resurrección. Ahí las arizónicas, los cedros y un magnolio adolescente como aquellos niños de posguerra, cuando los azahares. No sé si lo que tengo enfrente es un folio, una mano tendida o un recuerdo de madre muerta de pena. Sólo sé que estoy aquí, asomado a mi muerte, viendo pasar la vida mecida en la madrugá.


viernes, 22 de abril de 2011

SEMANA SANTA O NO TANTO

Muchos tenemos la mitad de nuestras vidas absorbidas por un nacionalcatolicismo en el que nacimos. Es por tanto comprensible que nos cueste romper con aquel seno caliente para instalarnos bajo la indefensión de las estrellas. El miedo a la intemperie, al desnudo, a desprendernos de la seguridad, real para unos, ficticia para otros, nos hace experimentar el escalofrío y el vértigo de la soledad que nos define como seres humanos. La soledad es consustancial a lo que somos como hombres y mujeres.

La guerra civil española fue bendecida como cruzada santa. Un a vez terminada, la Iglesia exigió cobrarse la ayuda que había prestado a Franco. Se consumó así la prostitución matrimonial Iglesia-Estado y entre ambos se dividieron el poder. Franco dispondría a su capricho de los cuerpos, encarcelando y matando a todo aquel que se opusiera a su mano férrea y la Iglesia ejercería la dictadura de las conciencias. Ninguna norma saldría a la luz por parte de la jefatura del estado sin ser bendecida con anterioridad por la jerarquía eclesiástica. Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.

La Constitución del 78 define al Estado español como aconfesional. Esta aconfesionalidad no enfrenta al Estado con ninguna confesión religiosa. Más bien significa que debe realizarse al margen de todas ellas, que su legislación es autónoma y reclama para la conciencia ciudadana una capacidad de decisión conforme a las propias vivencias. La aconfesionalidad exige una independencia respecto a todas. Por otra parte las diversas confesiones religiosas, sobre todo la católica por motivos evidentes, debe renunciar al dominio de las conciencias y reconocer de forma gozosa la apertura del hombre al misterio de sí mismo y su decisión de plantearse a Dios como posible dimensión mistérica de la vida y de la muerte.

La Iglesia católica en España llora todavía la muerte del dictador que por razones inconfesables fue su gran valedor y que le dejó a su muerte una herencia económica y humana porque todo estaba atado y bien atado. Con la aprobación de la Constitución los españoles dejamos bien claro sobre la granítica tumba de Cualgamuros que el miedo, y sólo el miedo, nos había mantenido hipócritamente sometidos al poder de un dictador. La Iglesia católica no renunció a la enorme cantidad de dinero que recibía y se resiste con todas sus fuerzas a no ser la inspiradoras de las leyes que reconocen los derechos y obligaciones de los ciudadanos.

La aconfesionalidad de un gobierno no debe llevar consigo la prohibición de las manifestaciones religiosas de la semana santa (dejemos al margen el tráfico, el uso de las vías públicas, el mantenimiento del orden y otras cuestiones anejas), pero tampoco la Delegada del Gobierno ni los Tribunales de justicia deben prohibir una manifestación de los que hacen de su vida una opción atea. En un país libre nadie debe darse por ofendido por la libre opción existencial del otro.

En ninguna de esas manifestaciones deberían figurar signos externos de pertenencia a órganos estatales. Ni bandas de música militares, ni guardia civil rindiendo honores, ni legionarios haciendo alarde de músculo y cabra.

Queda mucho por decir. No es posible en un artículo periodístico. Sólo pedir a nuestros gobiernos y a nuestros conciudadanos que tengamos el coraje, después de treinta y tantos años, de cumplir una constitución que proclama nuestra libertad frente a poderes siempre dispuestos a usurparla.


domingo, 17 de abril de 2011

AZNAR CONTRA EL MUNDO

Aznar escaló hasta la cumbre de sí mismo y se encontró de frente con el mundo. El mundo no era redondo, ni cuadrado ni romboide. Era pluriforme y andaba enemistado consigo mismo. Mundo, demonio y carne. Lo decía ya su catecismo de católico defensor de los valores de occidente frente a toda la inmigración sin valor alguno que aportar. Según este visionario de la historia, el mundo árabe no puede contribuir con un plus de conocimientos. No reconoce las aportaciones médicas, filosóficas, gastronómicas, arquitectónicas que nos recorren la sangre. Aznar es sencillamente un ignorante lleno de atrevimiento para evangelizar al mundo al margen del mundo y su devenir.

AZNAR PRIMERO el sabio se reía de todo aquel que nos pusiera delante de los ojos las consecuencias del cambio climático. Gracias a un cambio económico defiende hoy, con un cinismo absoluto, que el cambio climático es una evidencia. La conversión originada por un conversión de euros a dólares significa que ni antes ni después ha tenido conocimiento alguno sobre esta materia. Aznar es sencillamente un ignorante.

Cuando Aznar explica que Europa surge del cristianismo y desarrolla esta tesis, pone en evidencia que confunde cristianismo con cristiandad. Desconoce la existencia de Constantino y el giro copernicano que los jerarcas eclesiásticos del momento dieron al evangelio. De la cruz nació la espada y de la espada una cruz bélica hasta el punto de engendrar la Inquisición, las cruzadas esclavizantes, pero bendecidas por Su Santidad. Aznar es sencillamente un ignorante.

Aznar se atreve a condenar a EE.UU, Inglaterra y Francia por su unión contra Gadaffi. Porque si bien reconoce su extravagancia, es un amigo de Europa. Es verdad que los propios que hoy atacan al líder de Libia lo honraron en su momento como aliado y amigo. Hoy a Gadaffi sólo le queda la amistad inquebrantable de Aznar. “Aznar –ha dicho Elena Valenciano- no se cansa de hacer un ridículo internacional” A este revisionista de la historia sólo le interesa que Gadaffi, después de su conversión, luchó contra el terrorismo. No tiene en cuenta su carácter de dictador y opresor de un pueblo que hasta concibe la perpetuación de su dictadura dándola en herencia a sus hijos como una dinastía monárquica. Tal vez este amor le brote de su juvenil mentalidad franquista. Aznar es un ignoranteinternacional.

Aznar niega períodos de su propia existencia presidencial. “España no estuvo en absoluto involucrada en la guerra de Irak” La intervención en Irak fue necesaria por la existencia de armas de destrucción masiva, pero fue cosa de otros. El disfrutaba del clima de las Azores y se fotografió con Bush y Tony Blair creyendo que eran coleccionista de autógrafos.

Aznar, con un cinismo propio del mismísimo Camps, asegura sin sonrojo alguno, que su gobierno jamás negoció con el ejército de liberación vasco. Niega la evidencia de las hemerotecas y videotecas y obliga a repetirlo a su hijo predilecto –no tan predilecto- Rajoy. Aznar por ignorar ignora su propia historia. Es un ignorante de sí mismo.

Aznar personifica física y mentalmente la amargura. Figura entre los cinco expresidentes más nefastos del mundo. Y eso imprime carácter y deja en el alma un rictus de dolor permanente. Y para remate fue presidente de un país que es el cúmulo de todos los males sin mezcla de bien alguno. Lo decía un miembro del patrimonio nacional: No he conocido a ningún expresidente que vaya hablando mal de su país. Sólo Aznar es capaz de semejante maldad. Aznar ignora a España, su presente, su padao y su futuro.

Aznar vive enfrentado al mundo porque en el fondo está a enfrentado consigo mismo.

YO QUIERO SER BONUS

Telefónica, Iberdrola y otras grandes empresas de este país nuestro, quieren premiar a sus más altos dirigentes con cantidades importantes de dinero. Suben las cuotas que sufre irremediablemente el consumidor sin posibilidades de prescindir de los servicios que precisa el hombre de hoy para el desarrollo de su vida. Las grandes empresas son conscientes de que estamos en crisis, que se estrechan las calles, que las aceras se aproximan a las aceras y es más difícil caminar. Rozamos las caderas con las paredes escuálidas de lo que eran grandes avenidas. Todos somos economistas y tenemos claro que el culpable único de este malestar económico y social es el gobierno y concretamente Zapatero. Y mientras se deprecia la figura de nuestros gobernantes, esas grandes empresas nos escupen a la cara los beneficios obtenidos a base de subir sus servicios a todos los ciudadanos. Y uno se pregunta ¿Qué aportan los especuladores –que no empresarios- para mejorar la crisis? ¿Qué parte de sus beneficios va destinada a empujar la economía que haga más llevadera la falta de trabajo, los contratos miseria, los bajos sueldos ofrecidos y que el trabajador tiene que aceptar bajo el chantaje de lo que no quiera lo querrán otros muchos parados? Se jactan de sus beneficios y los reparten entre la élite de sus altos jerarcas. Un hombre-mujer de cuarenta y cinco años son muertos de larga duración. Los bancos no están satisfechos con las garantías que aportan los pobres que quieren montar un pequeño negocio y ofrecen la propia miseria como palabra de honor de que devolverán el dinero prestado. Los pobres no tienen ni honor ni palabra.

Mientras los altos directivos cuentan los miles de euros que les proporcionan sus bonus, se despide a cientos de trabajadores en edad productiva, con experiencia en sus ojos, con las manos añosas de manejar y mejorar los elementos que pasan por su antigüedad. Hombres demasiados jóvenes para ser prejubilados y demasiado viejos para obtener un nuevo puesto de trabajo. A los gobiernos les preocupa el primer empleo. Nadie tiene en cuenta la tragedia de quien no encuentra la última oferta.

Las empresas optan a una perfecta adecuación de sus recursos para obtener el máximo de beneficios. No admite grasas antiestéticas junto a su musculatura capaz de competir en las mejores lides. Y para ello es consciente que no le estorban los altos directivos. El sobrante de la liposucción son los cientos de trabajadores que engordan la cintura empresarial y afea su figura.

Son empresas privadas y hacen con su dinero lo que quieren. Nunca he visto una argumentación más soez ni pornográfica. Se pierde así de vista la función social de la riqueza y de la propiedad privada. Prescindir de esta función social es atizar revoluciones que todos tenemos en la memoria.

Claro está que desde que los gobiernos –todos los gobiernos- están sometidos a las leyes salvajes del capitalismo, hay que claudicar ante las decisiones “homicidas” de los ricos. Los derechos humanos están sometidos al dinero. Somos economía. Me lo decía un amigo: no hay derechas o izquierdas. Sólo existen los que están arriba sometiendo inhumanamente a los de abajo.

No estoy de acuerdo con el título de este artículo. Renuncio, por náusea y por vómito